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Voto de Chris Jiménez:
5
Terror. Intriga Una máquina de una lavandería es poseída por un demonio del infierno. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¿Has considerado la posibilidad de que esa máquina pueda estar poseída?", pregunta Mark muy convencido de sí mismo al cínico inspector Hunton.
Por supuesto él no lo cree, pero no sería la primera vez que las máquinas atentan contra la vida de los seres humanos, y la razón puede ser un espíritu demoníaco...

Mucho tiempo en el mundo literario sin haber sido adaptado a otro formato, el relato corto "The Mangler" fue uno de los que más tardó de los reunidos en esa colección imprescindible para los fans de Stephen King y del horror en general llamada "Night Shift", que en 1.978 presentaba títulos increíbles como "Children of the Corn", "The Lawnmower Man", "The Boogeyman" o la presente. Pero el mítico Milton Subotsky, de Amicus Productions, quien se había encargado de llevar a la pantalla varias de las historias del autor, vende los derechos al productor y guionista Harry A. Towers, poco antes de fallecer de un ataque cardíaco.
¿Estuvo tocado por la mala suerte dicho acuerdo tal y como lo está la máquina del cuento? Pudiera ser. Los problemas de financiación y sociopolíticos fueron el primer impedimento, y el rodaje se movió de Sudáfrica a Inglaterra; otras cuestiones hicieron meditar sobre el guión a Towers, Stephen Brooks y un entusiasmado Tobe Hooper, dado que el material original parecía demasiado escueto. Como de costumbre en King, un pequeño pueblo de la Norteamérica profunda se ve asolado por el Mal, procedente de una factoría de despiadado trato a los empleados...

Los sentimientos de éste, recordando los malísimos momentos vividos por su madre como empleada de una lavandería de similares características cuando intentaba sacar a toda la familia adelante, hierven con furia en "The Mangler", donde hace de la máquina una devoradora literal del pobre obrero, cuya carne alimenta sus tripas mecánicas. Este drama entronca con su relato anterior "Graveyard Shift", y a la vez con los posteriores "Trucks" y "Christine", en lo que es su concepción apocalíptica de vehículos o maquinaria destruyendo al ser humano.
Esa furia se hace presente en un primer cuarto de hora que nos vapulea el estómago con una serie de incidentes donde se incluyen miembros arrancados, cuerpos aplastados, cabezas reducidas a pedazos y sangre por todas partes, un prólogo de brutalidad salvaje como sólo Hooper sabría hacer. ¿Pero es el más indicado para estar tras la cámara? Cierto que su contribución al género es tan memorable como su adaptación de "Salem's Lot", sin embargo a mitad de los '90 se hallaba en una lastimosa fase de declive y se nota bastante, aunque intente por todos los medios recuperar esa magia que tenían sus películas a comienzos de los '80.

Y es que la puesta en escena, estilizada y gótica, y la peculiar caracterización de personajes que a menudo cruza el surrealismo, hace de "The Mangler" un film 100% ochentero aun siendo realizado en los '90. El argumento es practicamente el mismo que en el cuento: el esfuerzo del policía Hunton por desentrañar el misterio tras los aberrantes sucesos en la factoría. La máquina de lavar de principal sospechosa y un curioso vecino ayudándole, claro (porque estos tipos, que se empeñan en actuar con los pies en la tierra, precisan de alguien un poco enterado sobre ciencias ocultas, fenómenos paranormales y esas cosas...).
La divertida camaradería entre Ted Levine y Daniel Matmor, en la tradición detectivesca de Holmes y Watson, demuestra ser una de las bazas del film, y la forma en que poco a poco el primero debe creer en lo increíble para parar el frenesí asesino de esta prima inmóvil de Christine. Pero esa idea tan sencilla toma un desvío bizarro de más tras añadirse como elemento fundamental al dueño de dicha compañía, Gartley, interpretado por Robert Englund en una encarnación autoparódica excesiva (profiriendo sus líneas con un dramatismo teatral cargante) de su Freddy Krueger, un engendro mitad máquina, mitad humano, y estableciéndose un vínculo "místico" entre la lavadora y él.

Esto, invención total de los guionistas (y el fotógrafo también), desciende al imaginario "kingniano", ese habitado por uniones demoníacas entre seres humanos y seres inanimados, así que el viscoso y repelente individuo de piernas postizas y la "maldición" que pesa sobre el pueblo no desentonaría mucho en el relato original. Hooper da su toque distintivo para terminar de capturar el estilo del autor al igual que hiciera en su fábula de vampiros, a través de unos diálogos alucinatorios, una ambientación enfermiza y una atmósfera de mala sombra que lleva a los personajes al límite de sus nervios.
De hecho tendremos a Hunton y Mark desquiciados en un último acto de pura tensión, locura y violencia creciente como le sucedía al héroe de "Combustión Espontánea" y que recordará sin duda al exceso final de "Poltergeist". Al de Texas se le cruzan los cables y su misión es la de desafiar toda lógica por medio de situaciones que van más allá de los límites del exceso de la fantasía y el terror "exploitation": invocaciones religiosas, descuartizamientos a granel, efectos especiales alucinantes (¡qué ochentero es todo!), los protagonistas gritando sin parar, la máquina adquiriendo forma de monstruo de cuento...

Al final quedamos tan exhaustos y consternados como el pobre policía, tanto más cuanto que su aventura transcurre durante solo un día, y quien a la mañana siguiente descubre la inutilidad de su esfuerzo. Ese epílogo de nota amarga es también muy propio del nihilismo y el fracaso que King imprime a sus historias, el mismo con el que a menudo ha predicado Hooper.
Que las maldiciones y los espíritus demoníacos perdurarán siempre que haya seres humanos para continuar produciéndolos, un mensaje desalentador. La última obra decente de la carrera del cineasta ni tuvo buena acogida (su "ultragore" gratuito tuvo mucha culpa) ni contó con el beneplácito del escritor, quien afirmó que "La historia acaba perdida entre el exceso visual y la incomprensible presencia de Englund"...
Chris Jiménez
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