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Voto de Chris Jiménez:
6
Ciencia ficción. Thriller En un mundo futuro, un agente de policía es enviado a una remota colonia de Júpiter para investigar la sospechosa muerte de tres obreros en una mina. Su determinación a esclarecer lo sucedido pondrá su vida también en peligro, pero ni siquiera la orden de que abandone la investigación hace que desista en su empeño. (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un hombre que está allá arriba, en el Espacio, absolutamente solo, y librando una batalla contra la injusticia y la corrupción.
Quizás nadie le vaya a ayudar, y su tiempo se agota...y esto no es una película del Oeste.

¿O tal vez sí? La verdad es que a partir de que George Lucas se sirviera de "La Fortaleza Escondida" para crear su "Star Wars", la ciencia-ficción que estaba por venir en la siguiente década tendría muy presente trasladar historias y géneros clásicos; el "western" por supuesto fue uno de ellos. Nada mejor que coger las convenciones del cine más antiguo y mítico de la Historia y usarlas en escenarios y entornos modernos; el contraste logrado era muy atractivo. Teruaki Murakami indudablemente lo haría para "Battle Beyond the Stars", y en ese mismo 1.981 Carpenter en su gran "Rescate en New York".
También el neoyorkino Peter Hyams, cuando todavía estaba en un buen momento de su carrera (hacía poco que estrenó el nada desdeñable melodrama bélico "Hanover Street"), soñaba con regresar al mundo de los cowboys y los desiertos, pero nadie (salvo Walter Hill y Clint Eastwood) prestaba ya atención a esas películas, y así se lo dijeron, hasta que, muy influenciado por el bombazo que supuso "Alien", cayó en la cuenta de que podría llevarse a cabo si la historia se desarrollaba en un ambiente espacial. Curiosamente este guión llegó a Sean Connery, quien había aparecido sin mucho éxito en la decente película de catástrofes "Meteoro".

Entramos, por medio de un maravilloso trabajo de efectos especiales a cargo de John Stears, en una gran plataforma situada en la luna de Io donde se extrae titanio; en efecto el director extrapola lo que sería una situación propia de un "western", introduciendo a un tipo aguerrido como William O'Niel, que se convierte en jefe de la seguridad del lugar, a todos los efectos un "sheriff del Espacio". Hyams empieza a acumular misteriosos sucesos, muertes escabrosas sin explicación, suficiente para ir tensando la atmósfera...sin embargo no se demora en hacernos saber la razón de todo esto: una droga que se está distribuyendo entre los trabajadores.
Toda esta intriga, por desgracia desvelada muy rápidamente, es lo que hace chocar los principios del protagonista y el poder corrupto que allí gobierna; entonces es cuando el director se acerca a él y se toma momentos esenciales para describirlo, de quien en realidad no tenemos que saber nada de su pasado, sólo que se trata de un fracasado que siempre ha estado fracasando, despreciado allá donde ha ido y solo, con una familia dispuesta a abandonarle en el momento más inoportuno. Como el alcohólico Ben Shockley de "Ruta Suicida", este hastiado y amargado O'Niel prefiere quedarse y luchar contra las amenazas que surjan, simplemente para probar a todos y a sí mismo que es alguien de verdad.

Aunque si con alguien se relaciona el personaje (usando Connery todo su carisma para traspasar las grandes limitaciones del mismo) es con otro William, concretamente el interpretado por Gary Cooper en "Solo Ante el Peligro", principal escaparate histórico en el que mirarse "Outland" (si bien valdría cualquier "western" con sheriff abandonado de protagonista). Hyams cambia Hadleyville por un satélite, a la Amy de Grace Kelly por Carol y a Helen la transforma en Marian, que bien podría ser un homólogo de O'Niel, al ser presentada como una doctora mediocre que tampoco ha tenido suerte en la vida, perfecta para aliarse con el solitario marshal y hacer gala de un acto heróico y valiente.
Los encargados del diseño artístico y de producción Malcolm Middleton y Philip Harrison utilizan su buen hacer para modelar ese escenario de exteriores fríos y silenciosos e interiores oscuros, logrando generar un clima asfixiante durante todo el film. Sin embargo el guión hace mucho énfasis en el enfrentamiento y la soledad del héroe, y deja otros cabos sueltos dando lugar a tremendos sinsentidos, sobre todo el extraño papel que encarna Peter Boyle como ese jefe de la estación, cuya culpabilidad también sale a la luz de un modo atropellado y se enfrenta cara a cara con O'Niel sin la mayor de las vergüenzas, pero además estando desprotegido todo el tiempo (¿?).

El cineasta, por su parte, sabe dar a su protagonista un peso dramático importante y desatar a lo largo de este entorno tan desolador la acción y la violencia en dosis justas, sin demasiado exceso...aunque su idea de cruzar "western" con ciencia-ficción espacial resulta un severo problema al pensar en la ilógica de los acontecimientos; por supuesto ni nos lo cuestionamos al tratarse de una batalla librada en un poblado del siglo XIX, pero el ver a individuos portando armas de fuego (¡de las más rudimentarias que existen!) y enfrentándose a tiros en una estación llena de maquinaria y tecnología sensible de romperse con un estornudo es más que disparatado.
Y aún lo es más contemplar a Connery batiéndose a puñetazos y patadas en el exterior, y cayendo los objetos y las personas a una velocidad normal; hay que ser un director muy precavido cuando el suspense de rigor, la acción y el puro espectáculo se apoderen de la coherencia...Hyams no lo es y todo lo que sucede durante ese último tramo de nerviosa cacería cae irremediablemente en el absurdo, sin quitar, por otro lado, el enorme entretenimiento que nos brinda. Se echaban en falta, eso sí, una mayor profundización en la psicología del personaje, así como una resolución más satisfactoria.

Pues creo recordar que llegaban más de veinte tipejos a la plataforma y la batalla se termina antes de que empiece...ni tampoco se nos explica qué sucede con Sheppard y la droga; parece que la película ha sido cortada de repente y no es nada agradable...
Aun así, un ejercicio curioso de mezcla de estilos y géneros, de relativa acogida cuando se estrenó, retro y entrañable visto con el tiempo, y destacando por encima de todo sus efectos y estilo visual (fue el primer film que usó el proceso técnico IntroVision). Es de las mejores de Hyams, eso sí.
Chris Jiménez
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