Si lo valoramos por su factura cinematográfica seguramente este filme pasaría desapercibido entre cierta multitud de películas españolas, se podría resumir fríamente cómo la historia de dos entrañables hombres en pro de ganarse el pan, ahora bien, hay que mirar siempre más allá, que nos quiere transmitir el director, lo que en verdad esconde la historia que pasa delante de nuestros ojos. Y eso no es nada más que una feroz crítica a nuestra España, a nuestro estilo de vida, a nuestras más odiosas costumbres.
Carlos Iglesias se va definitivamente de sus papeles cómicos para destrozarnos el mito de que "en España se vive mejor que en ningún sitio", y lo hace a lo grande, apuntándose un tanto, dándonos donde mas duele. Se mete directamente con nuestras costumbres, nuestras frases echas, nuestros abuelos, nuestras madres y, nos da de lleno para tumbarnos y dejarnos K.O. en nuestro sillón. Cuando el espectador despierta, se da cuenta de que lo que tenemos a nuestro alrededor no es tan bueno como nos había echo creer, que en otros sitos han sabido vivir mejor, educar mejor, respetar mejor. Nos damos cuenta de que ya no nos vale solo el fútbol y el jamón, queremos vivir también en la armonía de los suizos, alemanes...
El filme esta lleno de detalles para no perdérselos, que constituyen al final esta severa crítica a la sociedad española. Muy bien Carlos Iglesias, esta vez nos has sorprendido con esta cinta de factura envidiable.