Otra vez Sam Raimi lo consigue y probablemente firma una de sus obras cumbre y de nuevo con su amigo del alma Bruce Campbell.

Y es que después de haber empezado esta saga llamada Evil Dead, de algún modo "serio", decidió terminar su trilogía con mucho sentido del humor, porque a veces en esta industria se tiene que aprender a "reir de uno mismo".

Pasó del terror puro a la comedia pura también con este título, que para muchos es malísimo (y lo es desde luego para los más "exigentes" de hoy en día) pero hizo ese drástico cambio de género con tanto descaro, humor y sobre todo amor de por medio, que envés de que sus más fieles seguidores, público en general y crítica especializada lo "molieran a palos", logró mejor que lo aclamaran como un director original y divertido.

Hay momentos únicos y muy graciosos que han servido de referencia a videojuegos, películas y hasta libros, y que a más de 24 años desde su estreno siguen gustando a sus fieles fans y nuevos "freakies" que lo están descubriendo también.

De la trama, pues la verdad no importa mucho, porque el solo hecho de volver a ver a "Ash" una vez más (fue la última) "dando matraca" al mal resucitado y diciendo sus sarcásticos diálogos a sus "primitivos" compañeros de turno, con ese toque único y genial que tiene Bruce Campbell, no tiene precio.

Placer culpable, película mala divertidísimamente buena, como quieran llamarla, está entre mis favoritas y punto.

POSDATA: Ya está confirmada la continuación de la saga con una nueva serie y si la firman el dúo dinámico Raimi-Campbell, que la fiesta inicie.