Una de las obras más imperecederas de ese genio llamado Alfred Hitchcock, y de la cual se puede sacar muchas lecturas después de su curiosísimo final, pero cuya calidad e impacto emocional es intachable y su influencia innegable.

Y es que uno de los puntos fuertes de la cinta es la forma en como se va construyendo una atmosfera previa al caos, (paso a paso, sin prisas) y lo que empieza como una simple venganza de la protagonista (una impecable Tippi Hedren) va degenerando en uno de los hechos mas misteriosos y violentos que la naturaleza (o quien sabe que) haya hecho en contra de los humanos. Esto gracias a un justo guión de Evan Hunter al que Hitchcock saca verdadero brillo.

A más de eso el aspecto técnico en especial de trucos visuales se destaca sobremanera ya que por su revolucionario resultado y dificultoso proceso de realización, aún después de 50 años no han perdido vigencia y han envejecido bastante bien. Y es que ver ese conglomerado de aves me sigue causando escalofríos.

Otro punto como siempre la música del siempre certero Bernard Herrmann (atención especial a cómo y con que hizo su combinación musical) y la envolvente fotografía de Robert Burks.

Del resto del reparto destacan Rod Taylor,Jessica Tandy, Suzanne Pleshette y Veronica Cartwright en roles que despiertan mucha curiosidad en el espectador por la compleja relación existente entre todos ellos y la citada "rubia de turno" recién llegada a su pueblo.

Poderosa e incontestable, ya que nunca se hace una verdadera explicación a lo sucedido, pero que importa eso cuando el viaje ha sido tan extraordinario y endiabladamente tan entretenido.