Se trata de una historia muy intimista basada sobre todo en el sentir del primer hombre que piso la luna, Neil Armstrong, un hombre triste, marcado por una gran pena personal, y muy circunspecto. Y este carácter triste e introvertido se transmite a toda la historia. Durante todo el metraje vemos su pena reflejada hasta en la fotografía y el ambiente que rodea todo.

La historia contempla la parte afectiva de Neil y su familia, sobre todo su esposa, la gran actriz Claire Foy que nos acerca a una mujer contenida, preocupada y muy fuerte, y también con sus compañeros de la Nasa, la relación con ellos , su conexión y su ausencia. Y por otro lado la parte científica de la exploración espacial y la necesidad de avanzar en este campo, con la claustrofobia que produce el interior de la nave en contraposición a las imágenes desde el espacio. Es un logro del montaje esta sensación de angustia de la falta de espacio y la fragilidad de la operación con las imágenes de la tierra desde el espacio y las escenas en la Luna.

También muestra parte política en la carrea con la URSS y el trasfondo de las protestas de la guerra de Vietnam y quienes no entiende la inversión en conquistar otros lugares cuando en el que viven las cosas no andan bien, es muy significativo el rap racial del cantante durante las protestas.

Además de todo el final por conocido no deja de ser muy emocionante y Ryan no está frío como dicen algunas críticas si no muy contenido y acertado.