A mi entender dista mucho de superar a la de 1979. Si acaso sí lo hace en los medios técnicos y visuales que hacen llevarte a un mundo apocalíptico donde los humanos se clasifican en categorías según su uso a modo de ganado. Un mundo donde se ha eliminado el concepto de humanidad y de sociedad, y solo ha quedado la idea de especie.

La ambientación es fabulosa. Por un momento te dan ganas de ir a la nevera a por una botella de agua y dejarla cerca, no vaya a ser que de repente la necesites, después de escupir un buen trozo de arena de la boca claro. El Sol quema y no puedes fiarte de nadie. De tu cuerpo se puede aprovechar todo, tu sangre, tus vísceras, tu útero...Y no hace falta que mueras para utilizarlo. Es la ley del más fuerte. El malo es muy malo y los buenos no parecen tanto. Y si le quitas algo al malo, lo pagas. Y hasta aquí fin del guión. Todo lo restante ya lo conocíamos de las anteriores películas.

Una película de coches y bizarra a más no poder. Llena de acción, de olor a gasolina, de grasa, arena, calor. No hay ni cinco minutos que no se produzca una persecución. Y en las que los buenos ganan porque les une una idea de libertad y porque no decirlo, algo de sentimentalismo. Has escenas que con una mirada las palabras sobran.