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España España · Madrid
Voto de Alvaro:
2
Cine negro. Acción. Thriller. Drama Chicago, años 30. Impera la 'Ley seca', que prohíbe la venta de alcohol. El idealista agente federal Eliot Ness (Kevin Costner) persigue implacablemente al gángster Al Capone (Robert De Niro), amo absoluto del crimen organizado en la ciudad. La falta de pruebas le impide acusarlo de asesinato, extorsión y comercio ilegal de alcohol, pero Ness, con la ayuda de un par de intachables policías (Andy Garcia y Charles Martin Smith) reclutados ... [+]
30 de agosto de 2011
9 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decidí ver esta película porque me la recomendaron. Había escuchado cosas sobre ella que en general me daban buenas vibraciones. Además el género por regla general me gusta. Gansters, años 30, policía, corrupción y mil hilos que se enredan y se tensan a lo largo de la peli. Pero cuanto mas alta es la expectativa, más grande es el desengaño.

A los diez minutos de película ya sabia que las cosas no iban muy bien. El guión es un completo desastre, parece que alguien lo escribió de resaca. La historia avanza muy toscamente, a saltos, creando situaciones a veces un tanto inconexas. Tienes que trabajar tu imaginación para terminar de hilar y componer la historia que al director se le ha olvidado contarte. Con un ritmo narrativo así es absolutamente imposible adentrarse en la historia y disfrutarla.
Otra cuestión son los personajes. Son poco menos que piedras, me dio la impresión de que ninguno destacaba sobre los otros. Estaban todos definidos en una especie de segundo plano rodeado de una densa neblina que impide de manera eficaz entender algo sobre quien y como es el personaje. No eres capaz de empatizar con ninguno, a pesar de que el reparto esta bien nutrido de estrellas.
Y que decir de cómo Sean Connery se convierte en poli. Así, repentinamente tras una conversación agrietada, ridícula, banal y cargada de coletillas topico, en mitad de un puente con Kevin Costner. Y ni mencionar el caso del repentino detective salido de la nada encarnado por Andy Gracia, escogido casi de casualidad en una galería de tiro. Los personajes principales (supuestamente importantes) entran y salen de escena con una brusquedad pasmosa, algo completamente impredecible y poco creíble.

Para completar el batido de bodrio tenemos fantásticas escenas como la del carrito, algo interminable, infinito, inconmensurable, aliñado todo por una cámara lenta y un carrito de bebe. Repito, nada natural, poco creíble. Y sin contar escenas de risa como la del puente donde interceptan la partida de licor, donde los puñetazos, los disparos y los malos más bien son sacados de una película de humor.

Francamente no acabo de entender donde, exactamente, reside la maestría de esta obra. No hubo ni un solo momento donde de verdad me hiciera disfrutar.
Alvaro
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