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España España · Las Palmas de Gran Canaria
Voto de Arsenevich:
7
Western Silverado es una vieja población fronteriza del Oeste. En 1880, cuatro hombres cabalgan por el polvoriento camino que lleva a la ciudad: son los hermanos Emmett, el aventurero Paden y un duro vaquero de raza negra. Al llegar, se encuentran con un ambiente hostil. Sus principales enemigos son el sheriff y un despótico ganadero. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando, como en mi caso, sientes tanto embeleso por un género como el Western puede ocurrir que se pierda cierto carácter crítico ante películas como «Silverado». O, por el contrario, puede que te vuelvas un purista quisquilloso y exigente, y que todo lo que se aparte de los «códigos» o «cánones» que han forjado la historia bíblica de tu género favorito no alcance tus expectativas. Yo, he de reconocerlo, conservo un poco de ambas actitudes, aunque intente combatirlas. En el caso de «Silverado» soy capaz de apreciar los errores de bulto que contiene, así como de asimilar que el acabado del film no termina de ser del todo consistente, pero más allá de sus virtudes y defectos formales quisiera centrarme (y centrar el argumento de mi calificación) en las intenciones que persiguieron Kasdan y los suyos a la hora de rodarla.

Estamos en los años 80 (siglo XIX en la película, siglo XX en el momento del rodaje) y por entonces no es que se hicieran malos Westerns, sino que ni siquiera se hacían. Solo el apóstol Clint parecía dispuesto a revitalizar el género (había firmado la notable «El jinete pálido» el año anterior), y entiendo el mensaje de Kasdan en «Silverado» como una llamada a la tradición más pura del género, como un homenaje a todos aquellos peliculones que forjaron la leyenda del Western, el género más grande que nos ha dado el cine. Así, y planteadas las premisas narrativas en torno a los temas de siempre, monta en escena a cuatro héroes crepusculares contagiados de aquel halo de amargura que Leone otorgara a los suyos con la reinvención que supuso el «Spaghetti», pero acatando en gran medida los códigos estéticos de los grandes clásicos. Coincido con algunas de las críticas más lúcidas publicadas en esta web respecto a que la película ensalza más que nada las balaceras y la violencia por sobre toda la simbología inherente a este tipo de películas, y que se ignora quizá en demasía el trasfondo de conquista que todo Western que se precie debe tener, pero es innegable que como película resulta fresca, dinámica y muy entretenida.

La interpretación de Costner, que tanto a ha dado que hablar, sin duda es de lo menos agradable que tiene el film, más cercana a la pachanga spielberiana que a una encarnación seria aunque histriónica (el gran Western las ha tenido a puñados). Este déficit lo compensan la escalofriante creación de Brian Dennehy, cuyo personaje centraliza el conflicto narrativo, y un magistral y sorprendente John Cleese, aunque por desgracia su aparición es poco más que un cameo. El «enredo» amoroso con el personaje de Rossana Arquette es, indudablemente, forzado y artificioso, y hace renquear a una trama no demasiado brillante.

Si como yo disfrutas de una película del Oeste como de ninguna otra cosa en el mundo, «Silverado» terminará ofreciéndote un par de horas de espectáculo entretenido, aunque es evidente que no podrás encontrar en su metraje los resabios del gran Western clásico al que, humilde y casi tímidamente, intenta homenajear. No creo que su irrupción en el panorama cinematográfico supusiera gran cosa; los verdaderos cantos de cisne llegarían algunos años después, cuando un Costner mucho más maduro nos regalara la maravillosa «Bailando con lobos» y, sobre todo, cuando el genio Clint pergeñara la pedazo de obra maestra que es «Sin perdón».

Mientras tanto, un rato agradable de balacera, traiciones, amistades y jinetes que cabalgan de pie con esta más que decente pieza de Kasdan.

Buena.
Arsenevich
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