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España España · Girona
Voto de Francesc:
10
Intriga Scottie Fergusson (James Stewart) es un detective de la policía de San Francisco que padece de vértigo. Cuando un compañero cae al vacío desde una cornisa mientras persiguen a un delincuente, Scottie decide retirarse. Gavin Elster (Tom Helmore), un viejo amigo del colegio, lo contrata para un caso aparentemente muy simple: que vigile a su esposa Madeleine (Kim Novak), una bella mujer que está obsesionada con su pasado. (FILMAFFINITY)
18 de septiembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que Vértigo es la mejor película de Alfred Hichcock es una evidencia que hoy pocos pueden cuestionar. Buena parte de la crítica internacional la considera la mejor película de la historia. Durante mucho tiempo (y probablemente todavía hoy) fue considerada por mí como la mejor película de todos los tiempos (incluso por encima de El Maquinista de la General, La Quimera del Oro, Ser o no Ser, El Hombre tranquilo, El Padrino o Con faldas y a lo loco). Además, es la película perfecta: los actores están sublimes (James Stewart parece nacido para el papel, pues parece que no esté interpretando, Kim Novak jamás estuvo mejor y más guapa en su belleza distante y Barbara Bel Geddes da el complemento perfecto del triángulo hitchconiano), la música de Bernard Herrmann es hipnótica y obsesiva hasta decir basta (buena parte de la crítica atribuye parte importante del éxito de la cinta a la banda sonora), la puesta en escena es inmejorable, la presentación de los personajes (casi todos de perfil) es obra de un maestro, el libro y el guión fue pensado y escrito expresamente para Hitchcock, la fotografía es alucinante (con esos verdes que nos resucitan de entre los muertos), los movimientos de cámara y recursos cinematográficos utilizados sentaron las bases para posteriores films (recordemos cómo se rodó el efecto del vértigo y cómo lo imitó Spielberg en "Tiburón" o Peter Jackson en "El señor de los anillos"), y la ciudad de San Francisco jamás ha estado tan bien filmada en el cine (ni siquiera en la mítica "Bullit").

Especialmente me gusta mucho de esta película:
- La presentación de Madeleine en el restaurante, con esas paredes rojas, y ella de perfil, con un vestido largo verde, caminando como si flotara, y pausándose para que el pobre Jimi Stewart pueda quedarse prendado de ella y entre en el juego al que le pretende atrapar el marido de Madeleine.
- Las escenas en que Stewart la sigue en el coche (de nuevo un coche verde). No son persecuciones rápidas, sino seguimientos pausados, contemplativos. Stewart, más que conducir, acaricia el volante.
- La primera vez que Madeleine se despierta en la casa de Stewart. Sabemos por la puesta en escena que él la ha desnudado y después la ha acostado en su cama. Ella se despierta y se da cuenta de ello. No se puede decir más con menos.
- El regreso de Madeleine de entre los muertos, en la habitación del apartamento de Stewart, de nuevo entre una especie de niebla verde. El verde es el color de esta película, sin duda.
- El detalle con que Stewart reconstruye la imagen y vestuario de Madeleine, utilizando a otra mujer (la carnal Judy) para ello. Cuántas veces Hitchcock ha querido recrear la imagen de Grace Kelly utilizando a otra actriz después de perder a Grace!
- La mirada distante de Quim Novak, absolutamente adecuada y perfecta para el papel. Novak está perfecta. Creo que la primera elección de Hitchcock (Vera Miles) hubiera sido un error de casting.
- El jersey verde vulgar sin sujetador que lleva Judy.
- Los vestidos de la Novak: en especial el abrigo blanco que lleva cuando besa a Stewart en frente a la bahía de San Francisco. Es de una modernidad y belleza sólo digna de alguien que se preocupa de cada detalle en una película.
- Cómo nos describe Hitchcock el rostro de Stewart después de perder a Madeleine por primera vez: es el vivo retrato de la depresión y el hundimiento moral de un hombre.
- Y como no: los besos y la forma cómo están rodados, como en espiral, la espiral del vértigo.
- En esta película, igual más que en cualquier otra del orondo director británico, nos damos cuenta de que lo que le interesaba al maestro no era tanto el qué, ni el quién, sino el cómo: quería mantener atrapado al espectador e innovaba continuamente con recursos cinematográficos formales que crearon escuela.

Por todo ello, merece un 10.

Sin embargo, incluso la película perfecta puede tener sus pequeños fallos, porque el maestro, aunque era perfecto cuando se ponía detrás de la cámara, no era Dios (aunque se le acercase). En el Spoiler os cuento tres pequeños fallos que, después de muchos visionados (porque es una película que hay que ver muchas veces) eh detectado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Francesc
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