Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
3
Western. Aventuras Rooster Cogburn, un sheriff bebedor y en decadencia (John Wayne), es despojado de su placa por el juez federal Parker (John McIntire), que lo acusa de exceso de celo en la búsqueda y captura de forajidos. Pero, inmediatamente después, el propio Parker le confía una nueva misión: capturar a la banda de Hawk (Richard Jordan), que ha robado nitroglicerina al ejército. Por el camino, Rooster se encuentra con una rígida y adusta misionera ... [+]
6 de mayo de 2011
5 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Miren las sutilezas de esta película: El juez Parker, está juzgando al sheriff federal, Rooster J. Cogburn (John Wayne), porque, de los últimos 64 sospechosos que tuvo a su alcance… ¡sólo 60 murieron! –esto lo aclara el cínico acusado- y tras decirle que, “El oeste está cambiando y usted no ha cambiado con él. Está caduco”, el juez le quita la placa y el revólver, declarándolo así, insubsistente… pero, en breve, y porque cree que, sólo él podrá hacerlo, lo contrata para que capture, y traiga VIVO, a un bandido llamado, Hawk, quien acaba de robarle al ejército una nitroglicerina. ¿Qué tal esto?

Este comienzo, nos sugiere una continuación de, "True Grit" -la película por la que, Wayne, ganaría su único premio Oscar-, y al comenzar su búsqueda de los bandidos, una nueva escena (el asalto a una misión orientada por un predicador y su hija) nos remitirá a, “The African Queen”, excelente filme por el que, Katharine Hepburn, fue nominada al Oscar. Dos filones explotables a los que, el director Stuart Millar, no tuvo reparo en acudir, en un intento –vano- de solventar su pobrísimo guion.

La más deprimente sutileza, es haber convencido a la senil, pero memorable, Katharine Hepburn, para que se sumara al característico juego machista y reaccionario de Mr. Wayne, apoyando la venganza, no obstante ser misionera de Biblia en mano (¿o sería precisamente por esto?); diciendo, además, frases tan desentonadas e incoherentes como: “Quiero asegurarme de que los asesinos de mi padre cosechen su merecido” o “Estoy segura que, el buen Dios, fuma excelentes cigarros”… y de ñapa, matando y rezando como cualquier seudo-héroe de los peores westerns.

¡Y grande sorpresa! A la pareja la sigue un joven y leal indio llamado, Wolf, y hay que ver el estrecho lazo de amistad que tiene con el sheriff Cogburn, es decir, con el mismísimo, John Wayne. ¡Cómo se atreve a decir el juez Parker que éste personaje no cambió en nada!

Después habrá más sutilezas: Cogburn-Wayne se reafirmará en el machismo que le acompañó durante toda su vida; aumentará su larga lista de ajusticiamientos; traicionará sus promesas demostrando, entre otras cosas, que le importa un rábano la espiritualidad... y contará con el admirado e incondicional apoyo de la hermana, Goodnight (¡Hepburn!), quien rematará diciendo lo que, Wayne, tanto soñaba: “Usted honra al sexo masculino”.

¡Con cuánta frecuencia, la senilidad se permite las peores torpezas!

Título para Latinoamérica: <<EL ALGUACIL DEL DIABLO>>
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow