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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Intriga En 1915, una muchacha llamada Mary Clay fue encontrada muerta en una población sureña. La policía detuvo como presunto autor del asesinato a un conserje negro, pero un periódico local comenzó una campaña acusando del homicidio a un hombre blanco de Nueva York llamado Robert Hale, profesor del instituto donde estudiaba Mary. (FILMAFFINITY)
24 de abril de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leo Max Frank, quien había nacido en el norte de los EEUU y era judío, trabajaba como superintendente en la compañía National Pencil, de Atlanta, Giorgia, empresa en la que también laboraba Mary Anne Phagan, una jovencita de 13 años bastante atractiva. El Día de la Memoria (Memorial Day) por los confederados muertos durante La Guerra Civil (26 de abril de 1913), Mary entró en la oficina de su jefe Frank, esperando recibir el pago por su labor durante la semana. Atraído por la belleza de la chica, a la que llevó a hacer un recorrido por la sala de metales, Frank – quien ya estaba casado-, trató de aprovecharse de su cargo para sobrepasarse con ella, pero la empleada lo rechazó rotundamente mientras trataba de huir y él, entonces, se atrevió a golpearla en el ojo derecho con el puño en el que portaba el anillo de boda. Tras sucesivos golpes, Frank tomó el cuerpo ensangrentado de la muchacha y lo llevó hasta el cuarto de baño donde le subió el vestido y la tomó contra su voluntad. Temiendo, de seguro, muy duras consecuencias si Mary confesaba, Leo Frank tomó una cuerda y la ahorcó con ella. En la madrugada del domingo, el robusto guardia negro, Newt Lee, descubrió el cuerpo de la joven víctima, y de inmediato llamó a la policía, y también a su jefe, pero de éste no obtuvo respuesta alguna. (1)

Esta, de manera muy suscinta, es la principal versión del hecho que cobró la vida de Mary Phagan, aunque, la comunidad judía, aún hoy, sigue alegando que, la acusación contra Leo Frank, fue otro caso de antisemitismo estadounidense, y en su versión, fue el guarda el verdadero asesino de la joven víctima.

Por razones de este tipo, la versión cinematográfica, y muy libre, de este sonado caso -con los posteriores incidentes del hecho-, asume una posición imparcial, dejando en el espectador la decisión final, pero poniendo muy en claro su firme oposición contra los atroces casos de linchamiento que solían darse en las comunidades del sur, donde los prejuicios (contra los yanquis, los judíos, los negros…) no se habían superado en absoluto, no obstante su merecida derrota durante la Guerra Civil.

Una de las personas que asistió al juicio contra Leo Frank, fue el entonces periodista del Diario de Atlanta, Ward Greene (1892-1969), y de esta experiencia surgió el libro, “Death in the Deep South” (1936), siendo, Robert Rossen y Aben Kandel, los encargados de convertirlo a guion para la versión cinematográfica que, con gran pulso, dirigiera Mervyn LeRoy.

La historia comienza de manera mordaz, mostrando a los escasos excombatientes sureños durante la guerra, que, en condiciones bastante seniles y sintiendo ya pasos de animal grande, se aprestan a participar del que, probablemente, sea su último desfile por la memoria de los confederados. Trasladada la historia a un colegio, conoceremos, entonces, al profesor Robert Hale y a su preciosa alumna, Mary Clay (memorable debut en la actuación de Lana Turner)… y lo que se aviene, es una confrontación social donde primarán los intereses individualistas, sobre los de las víctimas y aún sobre los de la colectividad. La clase política, puesta en activo, lucen como lobos al acecho… y la sociedad entera, quizás sea la que pierda con la suerte de decisiones que algunos pretenden tomar.

Claude Rains, tiene sobre sus hombros al fiscal del distrito, Andrew J. Griffin, el hombre que espera lucirse condenando a la pena de muerte a un norteño. Edward Norris, es Robert Hale, el profesor que carga con la grave acusación de violación y asesinato de una preciada niña; y entre otros, Gloria Dickson (guapa actriz que falleciera a los 28 años, asfixiada en el baño tras incendiarse su casa), es Sybil, la esposa que conserva firmemente la esperanza de que su esposo sea inocente.

El filme logra una muy buena recreación de época; LeRoy se luce con algunas composiciones muy significativas, como el plano de Hale ante el espejo asociado al cartel donde se espera que vaya su foto. O ese plano fugaz del cuerpo arrancado de la horca (hecho real) para distanciar el asesinato… También los diálogos de Rossen lucen muy atinados y convincentes, y la historia se desenvuelve con mucha soltura, permitiéndonos participar del resultado de la historia. Esto, quizás, deje inconformes a algunos, pero, es muy del caso, dados los antagonismos que se derivaron, pero, si sabe verse, hay elementos que permiten llegar a atinadas conclusiones.

(1) Bob Frapples. https://www.stormfront.org/forum/t990415/
Luis Guillermo Cardona
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