Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama La señorita Erlynne, una mujer de mediana edad, se ha fijado en el señor Windermere, que ya está casado con una mujer joven y guapa pero muy conservadora socialmente y dura en sus juicios sobre los demás. El señor Windermere se interesa poco a poco en la señorita Erlynne. Su esposa descubre esto y comenta sus inquietudes a Lord Darlington, un hombre que no esconde su interés por ella y le aconseja que venga a vivir con él. Un día, la ... [+]
12 de agosto de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se estrenó en Londres, “El abanico de Lady Windermere” (1892), la celebridad del escritor irlandés, Oscar Wilde, quedaba en lo más alto y era ya prácticamente reconocido en todo el mundo por la exquisitez de su prosa y la lucidez de sus historias. Con esta obra, el escritor reforzaba su punzante crítica contra la hipocresía e intolerancia de la sociedad en la que le correspondió vivir, y de nuevo, sacaba a la luz la grandeza de algunas de esas mujeres que tenían que sufrir indefinidamente la comidilla y la discriminación, por un error cometido alguna vez en sus vidas.

Era como si Wilde presintiera que, una tormenta de intolerancia social, estuviera a punto de arrojarse contra él mismo por sus particulares relaciones amorosas… y entonces se anticipaba a demostrar las horrendas injusticias que podían cometerse.

“El abanico de lady Windermere” es una obra fascinante, emotiva, sincera, mordaz y profundamente humana, en la que una mujer aspira a reencontrar un poco de su perdido pasado, y buscando redimirse, consigue entrar en el hogar que conforman Arthur Windermere y su esposa Margaret, por quienes siente un especial afecto aunque, los prejuicios, harán parecer que llega más como una intrusa.

Los diálogos, son dardos que apuntan con firmeza hacia la diana y siempre dan en el blanco:
“¿Por qué los hombres creen complacer a las mujeres cuando les dicen cosas en las que no creen?"
“Es absurdo dividir a la gente en buena o mala. La gente es tan solo encantadora o aburrida”.
“Hay momentos en que es preciso escoger entre vivir la propia vida, de manera plena, cabal y completamente... o seguir arrastrando una existencia falsa, superficial y degradante como las que pide ese mundo hipócrita”.
“No arruinamos una vida y quedamos impunes… también arruinamos la nuestra desde ese mismo momento”.

La adaptación cinematográfica que, con rodaje en Inglaterra, ha hecho el director Otto Preminger, es la quinta que se realizara de esta inolvidable obra que, todavía hoy, sigue interesando a los cineastas de todo el mundo, pues, además de las numerosas versiones televisivas que se han venido haciendo, dos nuevas películas se han estrenado en 2014 y 2015.

Preminger inicia su versión con un simpático agregado que, los guionistas Walter Reisch, Dorothy Parker y Ross Evans, le hicieran a la historia, mostrando a Mrs. Erlynne como una mujer sexagenaria que, de pronto, descubre su abanico (una suerte de leimotiv con esencial significado) en una sala de subastas a la que ha asistido. Tras encontrarse con Lord Darlington -también con grandes arrugas surcándole el rostro-, un flashback a ratos interrumpido, irá rememorando el trascendental incidente que les permitió conocerse.

Fiel a la trama y a sus mordaces diálogos, esta magnífica versión se torna tan memorable como la obra maestra que nos legara Ernst Lubitsch en 1925, y de nuevo, la obra de Wilde recupera esa vigencia que tiene ya el sello de la perennidad.

Encantadoras actuaciones de Madeleine Carroll, George Sanders, Jeanne Crain y Richard Greene… y como no mencionar a Martita Hunt en su venenoso y muy llamativo rol de la duquesa de Berwick.

Título para Latinoamérica: “EL DESLIZ DE LADY WINDERMERE”
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow