No suelo hablar de los filmes que no casan con mi gusto, pero siento que debo referirme a esta infortunada salida del director, Michael Curtiz, porque veo que deja mal parado su nombre… y en lo que a mí respecta, también me resulta encantador hacer de abogado de las causas perdidas.

<<CAMINO DE SANTA FÉ>>, cuenta con una virtuosa fotografía, mérito de Curtiz y de Sol Polito; posee una eficaz banda sonora a cargo de Max Steiner; y reúne un puñado de escenas de acción muy bien logradas por el director húngaro. El problema radica en lo argumental, ¡nada menos que la otra mitad de toda película!

Entusiasmado con la favorable oferta que le hizo la Warner, Michael Curtiz firmó un largo contrato –al que luego sería “fiel”- donde se obligaba a rodar cuantos filmes le pidieran cada año y, exactamente, los que le pidieran. También los productores estaban autorizados a retocar sus películas y a modificar lo que se les antojara antes, durante o después del rodaje. El caso Curtiz, no era excepcional, pues, lo que él padecía, lo sufrieron Murnau, Lang, Sternberg y muchísimos más, con ésta y otras productoras. En Hollywood, se funcionaba con La Regla de Oro: “El que pone el oro, impone las reglas”.

De otro lado, había mucha gente entre la industria cinematográfica que se cuidaba de no tomar partido abiertamente sobre alguno de los oponentes durante la Guerra de Secesión. Las razones eran obvia$ y no es necesario ahondar en esto, pero, lo que sí defendían como buenos sureños, era "el derecho que tenía cada estado de resolver internamente sus propios problemas". ¿Se dan cuenta? Los pájaros tirándole a las escopetas.

Por cosas así, esta tercera película que hacía Curtiz en 1940, tras la agotadora, “The Sea Hawk”- tuvo un guion anti-abolicionista y reaccionario, actitud defendida férreamente por, Buckner, el escritor. Contó con burdas e inoperantes escenas “cómicas”, del gusto de Jack Warner. Las escenas de fuerte confrontación se hicieron en la noche por exigencia de Hall Wallis; y la, a ratos, insulsa rivalidad entre, Stuart y Custer, por el amor de, “Kit Carson”, la dama de forzado lugar que interpreta, Olivia de Havilland, fue también un pedido de uno de los Warner... Hasta, Erroll Flynn, su protagonista -con privilegios propios del Star System – resentía que, en algunas escenas, se le diera tanto diálogo a, Raymond Massey, quien representaba con fuerte carácter al líder abolicionista, John Brown.

Contra todo este infierno de “entrometiches”, Curtiz se las ingenió para filtrar, con gran fuerza, dos escenas que logró que fueran bastante sugerentes: La primera, cuando la india sioux lee el futuro y preconiza que, “en algún lugar del este un hombre está iluminando con una antorcha”, y el corte lleva al líder abolicionista. En la otra, “Kit Carson”, transmite a, Stuart, el lugar donde encontrará a Brown, y luego le pide casi como un ruego: “Si lo encuentras, no lo mates”.

Pero, en definitiva, es éste un filme donde los productores, y no Michael Curtiz, deberían cargar con todo el peso de su desmesura.

Título para Latinoamérica: CARAVANA DE AUDACES