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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Cine negro. Thriller Un sacerdote presencia impotente cómo los niños marginados de su parroquia sucumben a las malas influencias de un criminal que fue compañero suyo de la infancia. Con el paso del tiempo, los dos hombres siguieron caminos muy diferentes: uno abrazó el sacerdocio y el otro se convirtió en un gángster. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde muy joven, “Rocky” Sullivan, cultiva una sólida amistad con Jerry Connelly, pero, en ausencia de alguien que les muestre un camino cierto a seguir, ambos han elegido el desviado sendero de vagabundear y cometer toda suerte de fechorías... hasta que, cierto día, cuando ambos pretenden robar en un tren, “Rocky” es puesto preso y llevado a la cárcel, donde luego lo visita su leal amigo. En prisión, Sullivan obtiene la ya harto común escuela que habilita para seguir la carrera delincuencial, mientras que, Connelly, libre y esperanzado, ha descubierto a Dios y ha optado por seguir el camino del sacerdocio.

Años después, y como suele ocurrir con aquellos que han tenido lazos muy fuertes, los dos amigos volverán a encontrarse. Ahora, “Rocky” es un temido delincuente con fuerte peso en el mundo del hampa y, Jerry, es un sacerdote comprometido con la dignidad y la rehabilitación de los jóvenes... pero su amistad seguirá intacta y, Jerry, ve a su amigo como la oveja perdida que ha vuelto al redil.

Entre ellos, se iniciará un grato proceso que sacará a flote el lado de luz que aún subsiste en el aparente hombre malo y, quizás, Jerry dé pruebas fehacientes de que, lo que cada hombre necesita es una oportunidad para redimirse. Sólo que la sociedad sigue ahí, punzante, rencorosa, poniendo trampas y toda suerte de obstáculos para que, quien alguna vez torciera su camino no consiga enderezarse. Otros jóvenes se sentirán permeados por esta experiencia y el talentoso director húngaro, Michael Curtiz, nos mostrará su sendero con detalles y situaciones de potente eficacia narrativa y en una forma gratamente aleccionadora.

James Cagney (uno de los más eficaces protagonistas de Cine Negro estadounidense), impone una gran fuerza y personalidad a su personaje de “Rocky”, y nos ofrece un excelente perfil de ese lado humano que suele ocultarse tras la dureza y la marginalidad. Por su parte, Pat O’Brien, recrea con mesura y enorme carisma, al sacerdote, Jerry Connelly, ejemplo de la labor humanitaria y desinteresada que debería desempeñar todo hombre de iglesia.

Con ellos, Ann Sheridan, una bellísima actriz que da vida a Laury, será la vieja amiga que, ahora renueva la amistad y sirve de apoyo al reencuentro de los dos amigos. Junto a ellos, Humphrey Bogart es el abogado corrupto y oportunista que complica la vida al delincuente en trance de buenas intenciones, y pone en jaque el proceso que, con tanto entusiasmo, adelanta el sacerdote.

El guion escrito por, John Wexley y Warren Duff, basados en una historia de Rowland Brown, está bordado con muy humanos y efectivos matices; y el título, <<ÁNGELES CON CARAS SUCIAS>>, alude a la bondad, el amor y el halo de divinidad que poseen todos los hombres... pero que a veces se maquilla o se oculta con una máscara de resentimiento y maldad.

Michael Curtiz, el brillante e inolvidable realizador de, “Captain Blood", "Kid Galahad” y otras grandes obras cinematográficas, vuelve a dar en el clavo y nos entrega un filme lleno de dignidad que amerita más de una reflexión.

Una temática muy útil para las escuelas de hoy.
Luis Guillermo Cardona
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