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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama. Fantástico Japón, siglo XVI. Durante la guerra civil, los aldeanos Genjuro y Tobei pretenden hacer fortuna: Genjuro como alfarero y Tobei como samurai. Ambos dejan a sus esposas abandonadas para cumplir con sus ambiciosos sueños. La misteriosa Lady Wakasa, otra víctima de la guerra, se cruzará en el camino de Genjuro. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2009
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada más difícil de controlar en las relaciones de pareja como los instintos sexuales. Por bien que se esté, y por más que se ame a la esposa y a los hijos, siempre se cruzarán en el camino seres que despiertan en nosotros fascinación, atracción plena y luminosa, y sentimientos de aprecio y admiración capaces de convocarnos a la infidelidad y hasta el punto de poner en riesgo todos nuestros principios. Si la otra persona desconoce o ignora, en forma consciente, nuestra condición de personas comprometidas, todo está dado para caer en la tentación y, sólo un obstáculo impuesto por otras fuerzas del universo, podría salvarnos de caer en las trampas de la ilusión.

Mientras estamos cubiertos por este manto de fantasía, creemos en las personas perfectas y sin mancha, y hasta nos tragamos, sin reparo, las palabras con las que el otro afirma que somos lo más encantador que ha llegado a su vida. Así es el juego de las ilusiones y es entonces, cuando las imperfecciones con las que antes vivíamos sin mayores dificultades, adquieren más peso y más significado y ahora comienzan a verse grandes y pesarosas. Cualquier gesto o palabra mal calculada, sirve para causar estragos y aumentar los silencios ¡o los gritos!... y luego, la distancia… y así tendremos la excusa perfecta que podrá tranquilizar a la inquisidora conciencia: La culpa es del otro! ¡El infierno son los demás! (¿En serio?)

<<CUENTOS DE LA LUNA PÁLIDA DE AGOSTO>>, la fascinante película del inolvidable director japonés, Kenji Mizoguchi, alude en buena manera a estas reflexiones y nos trae a dos parejas de amigos que llevan una vida normal, hasta que la guerra civil con sus vicisitudes, motiva un sorprendente cambio en el par de hombres, tras un viaje a un pueblo cercano para vender sus vajillas artesanales.

A Tobei, lo alienta a convertirse en samurái con lo que se olvida por completo de su esposa Ohama, quien sentirá entonces como se derriban su dignidad y sus principios. Genjuro, quien ha devuelto del viaje a su esposa Miyagi y a su pequeño hijo, encontrará una profunda ilusión en un ser encantado que exalta su trabajo y lo acoge con pretensiones eternas. La vida, con su inexorable estructura, va dando forma a aquellas nuevas andanzas y los frutos se recogerán pronto en la medida de lo que cada uno ofrece.

Mizoguchi, logra momentos visuales del más hermoso lirismo, y la película transcurre como un cuento fantástico a veces teñido por las sombras y la crueldad de la guerra. Las simbologías y las composiciones surreales consiguen una lustrosa presencia, y el filme nos lleva por un sendero de vivencias bien entendidas, dando cuenta de una embarrada experiencia que a los hombres, sin duda, nos deja cosas de peso... de esas que, algún día, se tienen que aprender.

Kenji Mizoguchi, fue un director digno de todo respeto. Lástima que la invidencia de algunos productores -que saben tanto de cine como lo que saben de la influencia de los autos rojos en el sabor de las habas-, haya limitado sensiblemente muchas de sus películas. Con todo, dejó para la posteridad, un puñado significativo de obras que permanecerán para siempre en la historia del arte cinematográfico.

<<CUENTOS DE LA LUNA PÁLIDA DE AGOSTO>>, es una película para la eternidad.
Luis Guillermo Cardona
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