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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Comedia Barbara (Jill St. John), la hija de Phoebe Tuttle (Agnes Moorehead), una millonaria poseedora de una importante cadena de grandes almacenes, se ha enamorado de un personaje honrado pero un tanto alelado llamado Norman Phiffier (Jerry Lewis). Para que su hija compruebe su incompetencia, su adinerada progenitora empleará a Norman en uno de sus establecimientos otorgándole los trabajos más difíciles y variados. Así pasará por la sección de ... [+]
18 de julio de 2011
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no fuera por ese marcado tufo a ego que lo lleva, ¡en tantos filmes!, a autoelogiarse o a buscar ser elogiado. Si no fuera porque se vuelve tan reiterativo el jueguito de jugar a hacerse el tonto, para enseguida descrestar con salidas ingeniosas. Si no fuera por ese afán tan evidente de aprovecharse (besos y más besos por abuso de poder) de las chicas preciosas que lo acompañan como actrices. Si no fuera porque succiona tanto de los grandes clásicos poniéndonos, inevitablemente, en un punto de comparación donde él casi siempre pierde. Y si no se repitiera tanto a sí mismo toda vez que siente que una rutina le funciona bien… creo que el cine de Jerry Lewis, no sólo se pondría en alto sino que conseguiría divertirnos un poco más.

“LÍO EN LOS GRANDES ALMACENES” se enreda en el colador porque contiene de todo lo que hemos dicho, es decir, Lewis se refleja aquí con todas las debilidades que, en su inconsciente, pugnaban siempre por salir a flote. Después de safarse del “eterno galán” Dean Martin, a quien de seguro envidiaba y odiaba por su gran suerte con las chicas en todos los filmes que hicieron juntos, Jerry Lewis pareciera ahora querer decirnos: “Vean que yo también puedo ser galán”. Por esto, siempre es doble en cada nueva actuación: medio idiota (para conservar al tonto que daba plata), pero repentinamente brillante e irresistiblemente seductor (para dar rienda suelta a su ego y a sus deseos reprimidos). El perfecto Jekyll & Hyde que luego retomaría directamente y con innegable acierto en “El profesor chiflado”.

Con todo, y contra todo esto, es posible divertirse viendo al clown armando líos -a lo Harold Lloyd en “El hombre mosca”-, en un almacén donde, la chica a la que hace su novia, es nada menos que la heredera de los dueños de la gran cadena… pero él no lo sabe y está conforme con que ella sea la modesta ascensorista. La suegra (Agnes Moorehead) si sabe que él es el novio de su hija y al igual que en “Embrujada” (la estupenda serie de tv), donde le amarga la vida al pobre Darrin, aquí decide deshacerse del que, por lo que ha visto, considera un completo idiota que su preciosa y valiosa hija (Jill St. John) no se merece.

El director Frank Tashlin vuelve a mostrarse efectivo en la realización de escenas “catastróficas”, y creo que aquella con la monstruosa aspiradora, además de divertida está bastante lograda. Se recuerda también al policía del tráfico experto en armar caos. Y, Ray Walston, vuelve a sentirse en lo suyo haciendo las veces del empleado dispuesto a cumplir, como sea, con los deseos de su jefa.

Podría extraerse una crítica contra la explotación y el abuso en las empresas, y una vez más, Lewis parece desear la feliz erradicación de la sociedad de consumo.

Título para Latinoamérica: "UN LOCO CON SUERTE"
Luis Guillermo Cardona
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