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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama China, años veinte. Tras la muerte de su padre, la joven de 19 años Songlian se ve forzada a casarse con Chen Zouqian, el señor de una poderosa familia. Él es un hombre de cincuenta años y tiene ya tres esposas, cada una de las cuales vive en una casa independiente dentro de un gran castillo. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
-Madre, lo he estado pensando… llevas días insistiendo, así que me casaré. Creo que es lo mejor.
-¿Y qué hombre has elegido?
-El que más me convenga. Siempre hablas de dinero… quizás un hombre rico.
-Si es rico, sólo serás su concubina.
-¡No me importa!, seré su concubina. Ese es el destino de las mujeres.

Con conversaciones semejantes a ésta, cada día, muchas mujeres dan el primer paso hacia el camino de la desgracia. “Mira hija toda$ la$ co$a$ que po$ee ¡es un partidazo!”. “¡Cásese mija, que al que tiene plata uno aprende a verlo bonito!”… Perfectas incitaciones a la ambición, a la entrega sin afecto, al comercio de la existencia… y cuando alguien se casa sin el esencial pre-requisito del amor, la infelicidad y la desdicha le darán la bienvenida en medio de la más insatisfactoria y huera abundancia.

Con una gran austeridad técnica, y conservando el más cuidadoso distanciamiento de la vacua intimidad y de las pesarosas desgracias que, de tanto en tanto, van anegando las vidas de cinco mujeres (incluida Yan) que han cedido su dignidad a la ambición, el director chino Zhang Yimou, logra un elocuente retrato centrando su historia en una época tan antigua como la de la dinastía Qing.

Parece que nada hubiera cambiado, excepto las palabras, los ambientes y los protagonistas. Pero, tantos años que van pasando... y el mismo círculo de los corazones invidentes sigue girando y girando con un total desconocimiento de la historia. ¡Nadie aprende por cabeza ajena!

Yimou, no muestra a las mujeres como inocentes víctimas, pues, bien que sabe que, cuando se ha entrado en la laguna de la ambición se accede también a la envidia, a los celos, a la mentira y a la felonía necesaria, para mantener o alcanzar el mísero poder con el que se viene soñando.

El señor de aquellas descarriadas damas es mantenido, a lo largo del filme, como una silueta sin rostro definido, pero, con una presencia claramente definible. Vaga y se comunica como un fantasma que sólo da órdenes, y complace de vez en cuando para congraciarse con sus cuatro damas. Talvez, Yimou desea que cada espectador traiga a su imaginación a aquel ser real que seguramente conoce y que actúa de manera semejante.

La edición es pausada, dándonos tiempo a sentir y a reflexionar. La fotografía, centrada básicamente en planos generales con gran profundidad de campo, recrea una mansión sombría y claustrofóbica donde sólo se encienden unas lámparas para indicar dónde, el señor, ha elegido tener intimidad. Las mujeres así, son sólo piezas de un juego y de un capricho que sólo se compensa con dinero, pero, allí los sentimientos no existen y el amor no ocupa su maravilloso lugar.

Con, <<LA LINTERNA ROJA>>, Zhang Yimou, deja perfectamente trazado un camino que lleva siempre hacia la perdición.

Título para Latinoamérica: ESPOSAS Y CONCUBINAS / LA LINTERNA ROJA
Luis Guillermo Cardona
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