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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama Henry Thomas (Steve McQueen), un convicto al que le conceden la libertad condicional, vuelve a un pequeño pueblo de Texas, donde actúa como cantante de una banda. Su madre le insta a que deje de cantar y reanude sus estudios. Su mujer, Georgette (Lee Remick), y su hija vuelven para vivir de nuevo con él; pero su fuerte temperamento pondrá en peligro su libertad. (FILMAFFINITY)
2 de julio de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contenta de estar de nuevo en un verdadero hogar, con su hija y su esposo de nuevo reunidos, Georgette Thomas quiere ver su pequeño terruño sembrado de árboles variados y muchas flores. Cuando el oficial de policía Slim, les complace llevándoles algunos árboles, Margaret la hija, ansía sembrarlos de inmediato y Henry, su padre, la consiente ofreciéndose a sembrar el que ella más desee. La niña escoge el cerezo, y desde el momento en que Henry lo pone en la tierra, ese árbol -como el cielo- se vuelve testigo de las buenas intenciones que tiene Henry… del buen trato que brinda a su esposa y a la niña… y del empeño que pone para salir adelante como cantante… Pero, sobre Henry pesa el maltrato infantil de que lo hiciera víctima su madre; pesa su “desobediencia” por querer seguir más a su instintos y talento que a lo que le piden que haga aquellos que pretenden ayudarlo; pesa su condición de recluso en libertad condicional y pesa, sobre todo, una sociedad notablemente torpe que no se cuida de lo que dice y hace y que, en vez de ayudarlo a sentirse seguro, lo empuja hacia el abismo con sus improcedencias. Esta suerte de indelicadezas, empezaremos a verlas con la señora que, en el autobús, se sienta al lado de Georgette.

Piensa la gente que, los hombres como Henry Thomas son incorregibles, pero habría que sopesar si no es la sociedad entera la que está reclamando un alto grado de corrección. Cuando un hombre sale a la calle tras un largo período de reclusión, no se puede abrir la puerta dejándolo que se defienda como pueda. Para evitar la reincidencia, necesario es prepararlo psicológicamente para que asuma con sensatez y firme carácter su reencuentro con la sociedad. Debe entender que hallará tropiezos, que recibirá desprecios y rechazo, que quizás reciba burlas y sarcasmos por su desconocimiento de algunas cosas… y para todo esto hay que darle herramientas que le permitan trascender sin caer en las trampas del destino.

Con un guión de Horton Foote, basado en su propia obra “The traveling Lady”, Robert Mulligan se reúne de nuevo con el productor Alan J. Pakula, para sacar adelante otro fuerte drama que desvela algunos de los vicios que mantienen enferma a nuestra sociedad, y a fe que lo hace con ese sutil cálculo de mostrar sin emitir juicios, de tal manera que seamos nosotros los que determinemos si, lo que va ocurriendo, es sensato o produce consecuencias que lamentar.

Para Steve McQueen, representar este papel fue rememorar en buena parte lo que fue su propia vida: Su padre abandonó a su madre durante el embarazo; ésta era poco afectuosa, desprendida y de palmada fácil, y pronto dejaría al chico en manos de un tío que tampoco supo arreglárselas, con lo que, Steve, fácilmente terminó experimentando la delincuencia juvenil. Hay un diálogo en el filme, entre Henry y su recuperada familia, que da cuenta de que se está hablando de la propia vida de McQueen, cuando el joven dice que llegará hasta Hollywood para aparecer en grandes producciones.

(Aquí tendré que citar el desenlace del filme) La historia me deja, no obstante, con algo de desconcierto en la actitud final de Georgette, pues, al ver que llevan a Henry de vuelta a la cárcel, ella, guiada en su auto por el policía Slim, emprende con resignada actitud la dirección contraria y acepta lo que sucede sin hacer nada para defender a ese hombre que, con ella y su hija, demostró que sabía ser bueno. “Ya no me sirves, adiós”, es la sensación que queda de semejante desenlace… y hasta podemos presagiar que hará pareja con el viudo policía. En mi sentir, la protagonista no es ella, es Henry, quien queda como perfecto ejemplo de que, el hombre nace bueno, pero la sociedad...

Aún con esto, “LA ÚLTIMA TENTATIVA”, da una merecida sacudida a esta humanidad que sigue necesitando un buen shampoo… profundamente aplicado.

Título para Latinoamérica: “EL INCORREGIBLE”
Luis Guillermo Cardona
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