James P. Sullivan y su asistente, Michael Wazowski, son dos de los muchos monstruos con que cuenta la empresa, Monsters Inc., cuya sede se encuentra en la ciudad de Monstropolis. Para resolver los problemas energéticos, los monstruos de la empresa tienen acceso a todas las habitaciones del mundo donde duermen niños, y al conseguir que estos griten, atrapan su energía y con ella alimentan los generadores. Absurdamente, a los monstruos se les ha sembrado el paradigma de que los niños son tóxicos y que, el simple hecho de tocarlos o entrar en contacto con una prenda que les pertenezca, puede ser mortal para ellos… así que, cuando una niña consigue ingresar en la empresa, el campeón de los monstruos, Sulley, será quien tenga que lidiar con la situación en complicidad con su amigo Mike, pues, la niña (Boo) se ganará su afecto rápidamente demostrándoles que no es tóxica, y su propósito será, desde entonces, devolverla a su hogar e impedir que los miembros de la, Child Detection Agency (CDA) la descubran… o que su rival, el temible lagarto Randall, la use para sus intereses.

El mismo equipo que hiciera la celebrada, “Toy Story”, tiene aquí otro enorme acierto con una historia que de nuevo se propone exaltar el gran valor de los niños, procurando que los “ogros” que abundan a su alrededor al fin comprendan que, dar afecto limpio y puro a los pequeños, es la más efectiva manera de asegurar la propia felicidad y la prosperidad del ser humano como especie. La metáfora en que se asienta el guion escrito por, Andrew Stanton y Daniel Gerson, basados en una historia de, Jill Culton, Pete Docter y otros, contrasta la efectividad a la que conduce producir un grito o alentar una risa… y, con situaciones muy bien plantadas, de pronto veremos cómo un mundo gris e intimidante, quizás pueda transformarse en un lugar benéfico para todos… bueno, para casi todos.

Pete Docter, director creativo de Pixar Animation Studios, se ha unido esta vez a otros realizadores del Estudio (Lee Unkrich y David Silverman), para dar cuerpo y alma ¡mucha alma!, a esta historia que se disfruta a plenitud y con sumo regocijo por su alto virtuosismo en la creación de espacios y personajes, y sobre todo porque nos ofrece una historia realmente auténtica y ejemplar que, irremediablemente, nos invita a reflexionar.

<<MONSTRUOS, S.A.>>, tiene equilibradas dosis de comedia, drama, aventura… y hasta algunas chispas de tensión, pero, los niños de ahora que “ya no se asustan con nada”, sabrán sobreponerse y pasarla de lo lindo viendo a Boo… y a Sulley… y a Mike… poniendo a todo el mundo en su justo y preciso lugar.

Atención a los autohomenajes que, Pixar, le hace a personajes y objetos de otras de sus películas; Los mayores, atentos a la referencia a personalidades como, Ray Harrihausen, maestro creador de figuras fantásticas y efectos especiales en películas de aventuras de los años 50-80 del siglo pasado; y veamos, quién descubre a Jessie, la amiga de Woody y de Buzz, en “Toy Story 2” y “Toy Story 3”; y ¿Cuál es el verdadero nombre de Boo?

Termino invitando a recordar que, la risa es más poderosa que un grito, porque el grito conlleva miedo y desesperación, baja las defensas y forma individuos débiles e inseguros. La risa, en cambio, produce confianza y admiración, aumenta las defensas y genera optimismo y seguridad.

Título para Latinoamérica: <<MONSTERS INC.>>