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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Fantástico. Ciencia ficción Extraño cuento acerca de los individuos más poderosos en el sistema solar, quienes están a punto de convertirse en dioses y controlar el universo. (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno echa un vistazo a la biografía del chileno, Alejandro Jodorowsky (hijo de emigrantes judíos-ucranianos), queda descrestado: Las profesiones que éste hombre ha ejercido (escritor en todas sus variables; director y actor de teatro y cine; músico y compositor; escultor, pintor… y hasta psicólogo, quiromántico y místico). La cantidad de culturas que ha conocido a fondo (Chile, Francia, México, EE.UU.…); y el montón de gente valiosa en la que ha influido (F. Fellini, D. Lynch, D. Aronovsky, N. Winding Refn, y un largo etcétera), queda obligado a buscar con cierto empeño ¿Cuál es el virtuosismo que poseen sus películas?

Por éste motivo, me he animado a ver los tres filmes que, Jodorowsky, considera suyos: “Fando y Lis”, “El Topo” y “La Montaña Sagrada” (se entenderá que, el considerarlos “suyos”, significa que tienen su impronta porque rodó en libertad y, en definitiva, quedaron como él los imaginara, estética e ideológicamente). Los tres títulos, los he visto de manera casi sucesiva para tener fresco que hay de uno a otro y encontrar sus posibles ilaciones, y me he predispuesto de la manera más abierta y desprevenida porque comparto, en cierta manera, con Jodorowsky, su irreverencia con el establecimiento.

Lo primero que admiro y aplaudo en sus realizaciones, es su propósito, ¡claramente logrado!, de hacer un cine personal, auténtico, único… aunque tampoco, él, podría negar ciertas influencias. Admiro, también, su talento como escultor, aplicado con maestría en, <<LA MONTAÑA SAGRADA>>, aunque en ésta admirable tarea contó con el apoyo de los también escultores, Manuel Felguerez, Alain Glass y otros; y finalmente, acojo con complacencia su eficacia en ciertas escenas donde sin duda fluye el talento y surgen ideas lúcidas…

Pero, de aquí en adelante, lo que he podido encontrar en ésta -si se quiere, trilogía Jodorowskyana-, es una idea repetida y un tanto mejorada en cada nuevo título: El viaje de alguien que se asemeja cada vez más a Jesús, en cuyo transcurso encontrará a una serie de personajes que recrearán situaciones irreverentes, metafóricas, críticas y/o insólitas. También, como en el cuento de “los 9 inmortales” que viven en la Montaña Sagrada de la isla de Loto (de aquí el título de la película) el director y, por segunda vez protagonista del filme, la pretensión es una mezcla de psicología y mística en la cual intenta explicar lo que se ha llamado, Eneagrama de la Personalidad (inspirado en ideas de Georges I. Gurdjieff), un sistema de clasificación de la personalidad en el cual se han definido nueve ‘eneatipos’ donde cada uno puede ubicarse en plan de autoconocerse.

Para avanzar en todo ésto, en cada película se repetirá el mismo coctel de religión, sexo y violencia en dosis cada vez más altas y harto desafortunadas; y en, <<LA MONTAÑA SAGRADA>>, el afán de escandalizar añadiendo unas cuantas gotas de escatología, la ya presenciada misoginia, el voyerismo y la crueldad contra los animales, seguirán siendo los platos fuertes con los que se redondea lo que, en definitiva, es una orgía iconoclasta, pseudointelectual y decididamente amoral.

Sin duda, éste personaje seguirá descrestando con sus películas a mucha gente, pero, no creo que haya alguien a quien consiga llegarle al corazón.

Se me antoja que, cuando escribió la siguiente frase, Jodorowsky, se estaba mirando en el espejo: “Las personas desean ser amadas, no por lo que son, sino por lo que aparentan ser”.
Luis Guillermo Cardona
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