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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Intriga Texas, año 1963. Butch Haynes (Kevin Costner) es un peligroso e inteligente asesino que se ha escapado de la cárcel en compañía de otro preso. Durante la huida ambos se ven obligados a tomar como rehén al joven Philip (T.J. Lowther), un niño de ocho años que vive con su devota madre, Testigo de Jehová, y sus dos hermanas. El Ranger Red Garnett (Clint Eastwood) y una criminóloga (Laura Dern) irán sobre la pista de los fugados, al tiempo ... [+]
6 de diciembre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con un tarado compinche (forzoso compañero de celda) de cuyo nombre no quiero acordarme, Butch Haynes consigue fugarse de la prisión donde se hallaba confinado por atraco a mano armada… y en su huida, tras una primera (¿?) torpeza de su acompañante, ambos terminan llevando como rehén al pequeño, Phillip Perry, el aburrido hijo de una señora Testigo de Jehová, quien no le ha dejado vestir un disfraz ni salir a pedir dulces en el día de Halloween.

Así comienza una extraña y singular, pero muy apreciable relación, entre un hombre que tiene un nuevo aire y una nueva aspiración: irse al renovador frío de Alaska a emprender una nueva vida y un chico que pareciera haber salido también de la cárcel de la monotonía y de una vida de prohibiciones, a la que, con su nueva “religión”, le tenía confinado su obtusa madre.

En un claro estilo de western moderno (la historia transcurre en Tejas, en una gran zona campestre), Clint Eastwood nos brinda con, “UN MUNDO PERFECTO”, la que es también una road movie, en la que él mismo hace del ranger que persigue a los fugitivos y cuyo mayor propósito será rescatar sano y salvo al pequeño secuestrado, cuando, curiosamente, el mayor propósito de su secuestrador, es ofrecerle al pequeño la suerte de vida libre que su madre no le ha permitido llevar. En el proceso, el filme nos dará las razones que empujan a uno y al otro, pero el pequeño en discordia va a dejar una huella imborrable en muchos corazones.

No obstante la aparente simpleza del guión original de John Lee Hancock, que hace que la historia luzca como una suerte de Disney, ligera y fantasiosa, si se logra trascender la superficie, podrá verse que, el filme, además de un serio alegato contra una religión cuya “gran promesa” es devolvernos al oscurantismo, también se pronuncia poderosamente contra el maltrato infantil, y por sobre todo, hace un cuestionamiento sensible y veraz contra unas formas de autoridad que producen más daño que bien a la humanidad. ¿O en que se diferencia lo que termina haciendo el fascistoide acompañante (también forzoso) de Red Garnett, con lo que, en días recientes, ha venido haciendo la policía estadounidense contra algunos muchachos afrodescendientes?

Desde dos flancos distintos, ¡cuán cercanas lucen las vidas de Red y Butch, y cuán marcadas se encuentran por los errores del pasado! ¿Será esta, para ambos, la gran ocasión de redimirse? Miren en detalle cada acción que, perseguido y perseguidor van asumiendo, y escuchen bien cada palabra que sale de sus labios… y quizás se comprenda que, en cada uno, se está desbordando un profundo e irresistible afán por corregir el sendero… Porque, definitivamente, nada, ¡absolutamente nada nos sirve en la vida si no se tiene paz interior! Y, Red y Butch, ahora lo saben perfectamente.

Kevin Costner, resulta muy convincente en ese rol que, en principio, estuvo presupuestado para Clint Eastwood, con la dirección a cargo de Steven Spielberg, Pero, el destino puso las cosas en otro horizonte, y el resultado ha sido ver, cara a cara, a dos grandes actores que saben mucho de western, en unos roles de gran calidad humana y sensiblemente aleccionadores. Muy apreciables también, Laura Dern como Sally, la criminóloga, y por supuesto, T. J. Lowther como el pequeño fantasma “Buzz”. ¡Y como no!, indispensable reconocimiento a la fascinante y conmovedora banda sonora que nos ha legado Lennie Niehaus.
Luis Guillermo Cardona
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