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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Bélico. Drama Famosa producción de Dino de Laurentiis sobre las guerras napoleónicas. Cuenta con un extenso reparto de primeras figuras de la época, miles de extras del ejército soviético. Fue dirigida por Sergei Bondarchuk, que dos años antes había conseguido el Oscar a la mejor película extranjera para la Unión Soviética con "Guerra y Paz", una adaptación de la novela homónima de Tolstói. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2023
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Por su sagacidad como estratega militar y su conocimiento de la legislación política, Napoléon Bonaparte ha sido comparado por algunos historiadores con, Carlo Magno y Giulio Cesare… pero lo lamentable es que, en los grandes triunfos de la guerra todo el mérito se lo lleva el líder, y muy pocos hablan del valor y el arrojo de sus ejércitos, ni de la osadía y el potente liderazgo de los mandos medios quienes son los que, en el frente, ponen la cara frente a sus adversarios.

Nacido en Ajaccio, en la isla Córcega, Italia, Napoleone Buonaparte (así su nombre de pila) terminó sus estudios en la escuela militar de París… y cuando ya había alcanzado el grado de capitán, se puso del lado del gobierno jacobino y tras desempeñar un rol decisivo en la reconquista de Toulon, fue nombrado General de Brigada. Tras la caída de Robespierre (1794, durante la Revolución Francesa), fue encargado de reprimir a los Realistas que pretendían restaurar la monarquía.

Tras una serie de triunfos como general del ejército italiano, se convirtió en el amo absoluto de la Italia septentrional y central. El 18 de mayo de 1804, el senado proclamó a Napoleón, Emperador de los franceses, título que aceptó sin reparo alguno, habiéndosele olvidado que, algunos años atrás, él mismo luchó contra la monarquía. El papa, Pío VII, bendijo la corona imperial y Francia pasó de nuevo de ser República a convertirse en Imperio. Napoleón era ya el César del siglo XIX.

Como legislador, promulgó el Código Civil (o Código Napoleónico) que protegía y desarrollaba la sociedad burguesa: Se garantizaba la libertad individual, la igualdad jurídica, la condición laica del Estado y la libre empresa. Pero a la clase trabajadora se le prohibió formar coaliciones (sindicatos); y, en detrimento, se restableció en las colonias la esclavitud que había sido abolida por los jacobinos. El 2 de diciembre de 1808, Napoleón y su ejército entraron en Madrid, la cual fue defendida por 8 mil soldados y gran parte de su pueblo… pero dos días después capituló. De inmediato, el emperador repuso a su hermano, José, en el trono; suprimió la Inquisición, los derechos feudales y cerró los conventos. En 1812, Napoleón inicia la llamada Campaña de Rusia. Estaba convencido de que, con 600 mil hombres aniquilaría a los rusos… pero, la estrategia de tierra arrasada y el fuerte invierno, lo obligarían a retirarse con las manos vacías y su ejército bastante diezmado.

Lo que sigue, es ese largo ocaso que se recrea en, <<WATERLOO>>, película dirigida por, Sergei Bondarchuk, y producida por Dino De Laurentiis, con uno de los más altos presupuestos de la época y con un renombrado reparto que incluye a, Rod Steiger, Christopher Plummer, Jack Hawkins, Dan O’Herlihy y, Orson Welles, como el rey Louis XVIII de Francia.

En el guion de, H.A.L. Craig (en colaboración con S. Bondarchuk y Vittorio Bonicelli), la primera parte está muy bien desarrollada, profundizando en los altibajos emocionales de Bonaparte debido a los reveses y logros que venían sucediendo; y mostrando, de otro lado, la optimista visión de futuro que, por entonces, tenía el primer ministro inglés, Arthur Wellesley, Duque de Wellington.

Después, viene la histórica Batalla del 18 de junio de 1815, y el director ruso se dará el lujo de contar con 20 mil soldados del ejército rojo para representar a la fuerza inglesa; una brigada de caballería soviética, que se repartiría entre los dos bandos; y un gran equipo de expertos en explosivos, ingeniería y otras marañas, con quienes rodaría en territorio ucraniano durante seis semanas. Se valora, en esta parte, que es la masa la principal protagonista y se exalta su disciplina y su compromiso en la lucha… pero, en detrimento, la secuencia resulta excesivamente larga; rara vez se personaliza la acción y el ir de venir de enormes tropas consumen gran parte del metraje, teniendo escasos momentos de eficacia narrativa, aunque es de resaltar la escena cuando los franceses son acorralados. Con todo, ésta es una película digna de verse.

Título para Latinoamérica: LA BATALLA DE WATERLOO
Luis Guillermo Cardona
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