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España España · Barcelona
Voto de LaVentafocs:
4
Drama Después de haber entrenado y representado a los mejores púgiles, Frankie Dunn (Eastwood) regenta un gimnasio con la ayuda de Scrap (Freeman), un ex-boxeador que es además su único amigo. Frankie es un hombre solitario y adusto que se refugia desde hace años en la religión buscando una redención que no llega. Un día, entra en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Swank), una voluntariosa chica que quiere boxear y que está dispuesta a luchar ... [+]
13 de enero de 2007
13 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que me parece una película menor y que maneja elementos utilizados hasta la saciedad en el cine, es decir, no me ha parecido nada original ni en el planteamiento ni en el desarrollo.

Se podría decir que hay dos partes bien diferenciadas en la historia, una primera, el típico argumento de esfuerzo y superación personal que tanto gusta a los americanos, de la nada a lo más alto, enfoque no exento de cierto infantilismo, ya que la vida creo es mucho más compleja. También desde mi punto de vista y en referencia al personaje de la chica, inverosímil, y digo lo de inverosímil porque sinceramente a mí me cuesta pensar que haya alguien deseoso de liarse a dar guantazos a otro, y que además ese haya sido su único y gran deseo en la vida (tal como transmite la película, es que casi ni come siquiera por boxear). Otra cosa hubiera sido plantearlo a mi modo de ver, desde la necesidad o de una afición surgida en un entorno particular, y eso sí, añadiendo muchos más matices al personaje para hacerlo más creíble, más cercano y más humano (ese grado por cierto no lo alcanza hasta el final). El personaje de él, tan tópico como el de ella, me recordó al abuelo de la Heidi, en un principio iracundo, malas pulgas, pero luego con una bondad infinita, como casi todos los personajes que se jacten de profundos, ni que decir tiene que éste es solitario, con pose de incomprendido, ... y para acabarlo de rematar se podría suscribir el refrán de "perro ladrador, poco mordedor".

En la segunda parte de la película el autor nos pone una "zancadilla" emocional de padre y muy señor mío, donde nos deja sumidos en una tristeza infinita por el más profundo melodrama que uno pueda imaginar. Me parece un recurso facilón para impactar al espectador, y ahí radica el secreto de su éxito, en el impacto emocional. Luego se atreverán a criticar a los melodramas al uso, cosa que éstos no engañan a nadie, se vislumbran desde el principio, cosa de agradecer.

Por ver, hasta se podría ver como una película trascendental diciendo que la película es una metáfora de la vida, donde en el sendero de la vida y en el camino hacia el éxito, habrá quien nos ponga la zancadilla; ¡oh, qué cosas!.
LaVentafocs
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