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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
6
Drama Sara ha estado sola toda su vida. Tiene 22 años y un bebé, su deseo es formar una familia junto a su hermano pequeño y el padre de su hijo. Su padre, Manuel, tras años de ausencia y al salir de la cárcel, decide reaparecer en sus vidas. Sara sabe que él es el principal obstáculo en sus planes y toma una decisión difícil: alejarlo de ella y de su hermano.
13 de diciembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos veces define como “normal” a ella misma y a su hermano el personaje de Sara en el debut de la directora Belén Funes. Ante la imposibilidad de encontrar adjetivos más descriptivos, “normal” parece una palabra acertada también para catalogar la historia que se nos explica, la vida cuotidiana de una serie de personajes, con sus problemas de toda índole, centrados en esa hija interpretada por Greta Fernández, en una película que bebe del cine de los Dardenne y de Ken Loach. Ese cine de temática social, cuyo espíritu tan bien ha sabido captar Funes en un ejercicio cinematográfico que nos acerca al centro mismo del relato haciéndonos sentir parte del mismo. En el otro lado del “ring” encontramos al personaje de Manuel, como ese padre recién salido de la prisión, que se encuentra tan perdido como su hija. El hecho de estar interpretados por padre e hija en la vida real, hace del duelo actoral algo más auténtico si cabe, en una relación que se antoja difícil, por no decir imposible, desde el primer momento. El peso de un pasado que intuímos traumático, planea durante todo el relato marcando el curso de los acontecimientos. Con todo, “La hija de un ladrón” no puede evitar verse afectada por lo que me gusta llamar el “síndrome del capítulo perdido”. Es decir, Funes nos oculta tanta información que, por momentos, da la sensación de estar ante un capítulo de una serie de la que nos hemos perdido las primeras entregas. Así, proponiéndonos más preguntas que respuestas, transcurre una película que habla de sentimientos y esperanzas para desembocar finalmente en el miedo a la soledad.

Lo mejor: Greta Fernández, dueña absoluta de la función.

Lo peor: un guión demasiado hermético.
AMQE
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