Sheen y Tennant son una espléndida pareja protagonista. Esto se repetirá mil veces pero es el principal valedor de esta serie y por tanto tiene que ser mencionado las veces que haga falta. Cada vez que ambos están en pantalla (más Tennant que Sheen, probablemente por el tono más gamberro de su personaje) junto con la discografía de Queen enganchan al espectador y le hace pensar que estamos ante una de las comedias más inteligentes del año. Pero fuera de estos, la trama no tiene mucho más que aportar y la prueba de esto es que en el tercer episodio (si no recuerdo mal) tenemos hasta 30 minutos de pequeños sketches de estos a lo largo de la historia que, aunque funcionan muy bien, luego no tienen relevancia en la trama salvo por un par de detalles que podían haberse explicado en 5-6 minutos.

La serie presenta una serie de personajes secundarios que pretenden ser participes en el armagedón ya sea para detenerlo o acelerarlo, pero salvo Michael McKean como un conspiranoico cazabrujas, ninguno llega a despertar mi interés salvo por un pequeño gag. El desarrollo de Adán se sintió simple y acelerado en todas sus etapas, las profecías de la bruja empiezan a cansar, y los jinetes del apocalipsis tienen una buena presentación pero luego no acaban siendo personajes más. También creo que los personajes celestiales merecieron un poco más de atención. Si, en Crowley vemos un conficto claro, es un demonio que quiere evitar el apocalipsis porque a pesar de su maldad, disfruta con la humanidad, pero no veo que el ángel se tenga que enfrentar a una disyuntiva remotamente parecida ni se llega a comprender la postura del cielo. No sé si esto se debe a que solo tenían 6 capítulos para tratar todo esto, o en el libro esto también se da en mayor-menor medida, pero creo que baja el nivel de lo que podía haber sido una gran serie de verdad.