Film de acción adrenalítico co-producido por España, Francia, Estados Unidos y Reino Unido y que aborda el tema de los intereses de las multinacionales extranjeras dispuestas a hacer lo que sea para mantener sus intereses expropiatorios en países del Tercer Mundo. Sin rebuscar en el corazón de conflictos como los planteados en películas como “Diamante de Sangre” (Blood Diamond, 2006) de Edward Zwick, la película del francés Pierre Morel es una suculenta cinta de acción que toma como base el conflicto en la República Democrática del Congo y en el que un grupo de infiltrados espías actuan limpiamente a la orden oculta de matar. Y como salidos del voluntariado de una ONG que coopera en la zona, al protagonista principal (Sean Penn) le toca cargar con el muerto incluso ocho años después de su cometido.

La trama se centra en su protagonista como objetivo deu nos interesados en que desaparezca después de cumplir una fugaz pero letal misión. Londres, Barcelona serán, principalmente, los escenarios en que éste antihéroe a lo Jason Bourne salga vivo de las situaciones más peligrosas que sus perseguidores le plantean entre tiros, trampas y puñetazos al rellano de la escalera como una gimcana a contrareloj. Nada más a plantear de una película que promete a partir de una prometedora introducción, entretenimiento para quien le guste éste estilo de película. Javier Bardem aparece como reclamo internacional en sus ambiguos papeles que lo situan entre un villano o un traïdor víctima de su prepotencia, al menos en su caracterización, enésimamente doblada por Jordi Boixaderas.