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España España · Madrid
Voto de keizz:
8
Western 1850. Los hermanos Charlie y Eli Sisters viven en un mundo salvaje y hostil, en plena fiebre del oro. Tienen las manos manchadas de sangre, tanto de criminales como de personas inocentes. No tienen escrúpulos a la hora de matar. Es su trabajo. Charlie (Joaquin Phoenix), el hermano pequeño, nació para matar. Eli (John C. Reilly), sin embargo, sueña con llevar una vida normal. Ambos son contratados por el Comodoro para encontrar y matar a ... [+]
23 de mayo de 2019
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena fiebre del oro, los hermanos Charlie (Joaquin Phoenix) y Eli Sisters (John C. Reilly) son dos sicarios que matan a cualquiera por quienes les paguen por hacerlo. En este caso, los contrata el Comodoro (Rutger Hauer) para matar a Hermann kermit Warm (Riz Ahmed), un buscador de oro que se alía con John Morris (Jake Gyllenhaal) para encontrar oro con un producto que ha inventado para localizarlo. Así arranca una persecución en la que los hermanos pondrán a prueba su vínculo.

El director francés Jacques Audiard hace su primera incursión en el cine americano con esta película, y lo hace por todo lo alto, con un western atípico, lleno de lirismo narrativo, en el que se plantea la ambición del ser humano, el amor entre hermanos y la dificultad de las almas desorientadas para encontrar el camino correcto hacia la felicidad cuando la educación y el entorno se empeñan en llevarte por la dirección opuesta.

Con una brillantísima fotografía que sabe jugar con destreza con la luz y la oscuridad (por cierto, los exteriores están rodados en Almería, Aragón y Navarra), la película nos cautiva y nos golpea por su violencia. Una violencia que aparece a menudo para hacer contrapunto a un ritmo narrativo inusualmente pausado para tratarse de un western. Una violencia que le sirve al director para criticar la violencia, su inutilidad y su efecto boomerang.

En lugar de emplear los habituales resortes del western, Audiard se sirve de los diálogos, el ácido sentido del humor, la belleza de las imágenes, y la música del siempre brillante Alexandre Desplat para embarcarnos en esta especie de fábula cargada de moralejas y de personajes muy bien desarrollados que conforman una obra diferente, creíble y atemporal.

Las relaciones entre las dos parejas de hombres son el punto crucial del film. El director profundiza con maestría en cada uno de los personajes y en las relaciones entre ellos hasta el punto de que el espectador es capaz de empatizar con todos, pese a las abismales diferencias de personalidad que existen entre ellos. Retratos del alma humana, en los que se ponen de manifiesto los conflictos internos que todos tenemos y que terminan saliendo afuera de una u otra forma.

Para el éxito de la película, es imprescindible la labor de los cuatro protagonistas. Aunque hay diferencias. Mientras que Riz Ahmed y Jake Gyllenhaal están bien, los dos principales actores están inmensos. Tanto Joaquin Phoenix como John C. Reilly (¿Cuándo tendrá el reconocimiento que merece este magnífico actor que lleva décadas interpretando como los ángeles y nunca aparece en los rankings?) realizan un trabajo absolutamente admirable en sus interpretaciones individuales y además (lo más importante) multiplicando su brillantez en las escenas conjuntas. La compenetración entre ambos es asombrosa y resalta el talento de ambos.

Me imagino que los amantes del western se sentirán un tanto decepcionados. Quienes esperen personajes arquetípicos, disparos continuos y los diálogos-cliché que todos conocemos cuando hablamos de este tipo de cine, es mejor que no se acerquen a verla. Este western es otra cosa, ya que, además de todo eso, el relato tiene una densidad inusual en este tipo de películas.

Resulta curioso, no obstante, que la película rezume tanta nostalgia del género a pesar de alejarse tanto de los estereotipos del mismo. La película cala más de lo que cabía esperar de “una del oeste”. Incluso se permite escenas de ternura como las de Eli Sisters con su caballo enfermo.

“Los hermanos Sisters” (nada que ver con La Trinca) es una película que sorprende, para bien o para mal. En mi caso fue una sorpresa positiva. Un film que duele por momentos, que sin duda requiere complicidad del espectador especialmente en la última media hora un tanto premiosa, pero que te recompensa por su lirismo, la belleza de sus imágenes, la ternura que desprende tras tanta violencia, el humor negro, la música…. vaya, que me ha gustado.

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keizz
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