En este espacio sólo han escrito los fans, porque el 99% de las personas que han comenzado a verla y luego la han estampado contra la pared del burdel más cercano no se han molestado en asomarse por aquí y escribir sobre el cagarro descomunal que es este serial producto de algún cerebro friqui y mediocre de allá a tomar por culo.

Siempre la recordaré por esa gaita que sonaba al comienzo de cada capítulo mientras una nave espacial surcaba el vasto universo. Dos conceptos (gaita escocesa y nave espacial) que unidos ya mosquean de por sí. Por sus caballos domesticados como reemplazo de vehículos fotónicos ya que, teniendo en cuenta que la serie nos ubica en el siglo XXV, deja muy claro que la humanidad ha decidido que las dos variantes para el transporte humano sean las naves espaciales a velocidad luz y los ¡¡¡¡¡caballos!!!!!, idea originalísima para crear una mierda de western galáctico que es todo un insulto para los aficionados tanto del western como de la ciencia ficción.

Caso aparte es el reparto. En ninguna otra serie observarás a tantos zotes reunidos en un mismo plano. El carisma de Nathan Fillion como capitán de la nave es un ataque de nervios continuo. Su interpretación, sus gestos, sus declamaciones, su mirada... son como una letrina sin fin: llena de mierda, maloliente, sucia y de color marrón. Los demás protagonistas y el vínculo que los une son tan lamentables que dan vergüenza ajena. Un supuesto sacerdote sacado de alguna teleserie venezolana, un médico bisoño de tortazo y medio, y medio más, al que acompaña una hermana subnormal que al parecer tiene poderes. Luego está la Diana de la nueva V que hace de prosti, pero aparte de no enseñar el bacalao, consigue en cada nuevo capítulo actúar todavía peor que en el anterior. Luego el típico tío duro lastimoso, una virgen que se encarga de la maquinaria de la nave y que no te follarías aunque fuese la única tipa que hubiese en el planeta, finalizando con una extraña pareja; el piloto de la nave, un tipo rubio con cara de gañán y actos de gañán casado con una negrata buenorra que para seguir con el absurdo reparte como Chuck Norris.

Ante tal estupidez preliminar, ayuda bastante para la credibilidad de la serie los planos en el interior de la nave, que en vez de estar repletos de lucecitas, ordenadores, trajes espaciales y cápsulas individuales para saltar en el espacio-tiempo, observamos con estupor la lonja del mercado del puerto de Vigo, con sus escaleras de madera y pasamanos de hierro oxidado y cajas de roble apiladas como si condujesen a puerto dos toneladas de atún.

Exijo una disculpa y una lobotomía generalizada. La disculpa es por la nota media de este engendro, que hizo que me decantase por echarle un vistazo, y la lobotomía es una forma de curación en masa para todos aquellos que le han dado más de un ocho a este putísimo engendro.

Quién dijo que no se podía mandar a la mierda a los 34 tíos que han escrito aquí antes que yo. Claro que sí.