La versión "sin códigos" alter-ego de Hot Fuzz es The Guard.
Parte de la premisa de un policía corrupto y corrompible, cuyos métodos están lejos de los de manual, que trata de atrapar a una banda de traficantes.

Para todo esto cuenta con la ayuda de un agente del FBI ordenado y riguroso, con el que formará una dupla ejemplar.

Plagada de humor negro, racista y despectivo, The Guard se ve impulsada por la buena labor de su protagonista, Brendan Gleeson.

El film tiene momentos de buena comicidad, aunque alterne bastante seguido con lo reiterativo y tedioso. Lo que por momentos es su gran virtud, sin control alguno se va convirtiendo en su gran defecto.

También recuerda un poco a Bad Lieutenant, de Herzog, y repite en este caso el gran problema de ese film...agota al espectador por la sobreactuación de cada escena y por el uso de recursos en exceso.

Medianamente entretenida comedia que cuando no cansa, divierte con trazo grueso y salvaje.