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Voto de Jota Cabeza Araneda:
7
7,4
42.653
Thriller
Anna, Georg y su hijo Georgie van a pasar las vacaciones a su bonita casa a orillas de un lago. Sus vecinos Fred y Eva han llegado antes que ellos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras padre e hijo preparan el velero, Anna prepara la cena. De repente, Peter, un joven muy educado que se aloja en casa de los vecinos, se presenta para pedir que le presten algunos huevos porque a Eva no le queda ninguno. De ... [+]
27 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil calificar con una buena puntuación algo que no estamos seguros qué diablos es. Varias críticas intentan dilucidar este film, algunos han andado bien cerca, pero otros muy lejos. Es un error garrafal analizarla como una simple película tradicional, como las que vemos regularmente. Tampoco tratar de entenderla como una obra de vanguardia fílmica. No es nada de eso. Es un juego, el mismo título te avisa, y no cualquier juego, sino uno muy divertido.
En la literatura hay varios autores que juegan con sus lectores, se burlan en la cara de todo aquel que les lee, los ponen en aprietos, les ilusionan, les hacen investigar en falso, etc. Ejemplo claro de ello fue Jorge Luis Borges y su "Pierre Menard, autor del Quijote" quien tuvo a medio mundo intelectual tratando de encontrar a este "autor" que según él había re escrito la célebre e ilustre novela española. Julio Cortázar destruyó la "narratividad" con su "Rayuela", poniendo histéricos a los académicos del mundo, a los lectores timoratos que, al no saber si era un juego o no eso de leer los capítulos desordenados, no sabían qué hacer. De hecho, y sin ir más lejos, el capítulo 34 por sí mismo es ya un reto. Roberto Bolaño, en el año 1996, publica un libro que aparentemente parece un compendio biográfico de varios autores desconocidos que pulularon en latinoamérica. El libro es "La literatura Nazi en américa". Todo el mundo se asustaba con las vidas de estos escritores extraños que se alineaban directamente con ideas totalitarias, principalmente la nacionalsocialista ¿Y qué pasó? Adivinen. Todo era un fake. Se puede jugar con el arte, aunque el producto termine siendo un asco (por algo mi nota no es mejor que la que allí indiqué) porque lo que realmente importa es el juego, lo que produce en sus interlocutores (creador-espectador).
En la literatura hay varios autores que juegan con sus lectores, se burlan en la cara de todo aquel que les lee, los ponen en aprietos, les ilusionan, les hacen investigar en falso, etc. Ejemplo claro de ello fue Jorge Luis Borges y su "Pierre Menard, autor del Quijote" quien tuvo a medio mundo intelectual tratando de encontrar a este "autor" que según él había re escrito la célebre e ilustre novela española. Julio Cortázar destruyó la "narratividad" con su "Rayuela", poniendo histéricos a los académicos del mundo, a los lectores timoratos que, al no saber si era un juego o no eso de leer los capítulos desordenados, no sabían qué hacer. De hecho, y sin ir más lejos, el capítulo 34 por sí mismo es ya un reto. Roberto Bolaño, en el año 1996, publica un libro que aparentemente parece un compendio biográfico de varios autores desconocidos que pulularon en latinoamérica. El libro es "La literatura Nazi en américa". Todo el mundo se asustaba con las vidas de estos escritores extraños que se alineaban directamente con ideas totalitarias, principalmente la nacionalsocialista ¿Y qué pasó? Adivinen. Todo era un fake. Se puede jugar con el arte, aunque el producto termine siendo un asco (por algo mi nota no es mejor que la que allí indiqué) porque lo que realmente importa es el juego, lo que produce en sus interlocutores (creador-espectador).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ahora intentaré explicar mi punto con la película.
-El título es la primera pista de Haneke, de hecho, es la tesis de la película. Todo es un juego, independiente de la crudeza.
-La intertextualidad-pastiche relativamente notoria. Sí, tiene muchos elementos que hacen recordar inevitablemente a la naranja mecánica, pero es un pecado creer que es producto de la casualidad y que Haneke no pudo evitarlo. ¡NO! Él lo hizo así, para darnos pistas de lo que se nos venía.
-Los apartes de Arno Frisch (incluido el control remoto) eran el juego máximo del director. Constantemente nos decía que era una ficción, que no debíamos creerlo, que nos relajáramos, pero no, imposible, porque esos planos pesados, de silencio casi absoluto no lo permitían, porque cuando parecía haber un poco de redención, nuevamente arremetía la dupla de enfermos, creando esta sensación extraña. A esa altura de la película ya sabíamos, incluso, como terminaría todo, pero no lo podíamos aceptar. Como si el director estuviera en nuestro cerebro pidiéndonos huevos.
-El efecto de bucle infinito. El ritual de la pareja de asesinos se presencia, directa e indirectamente, en el inicio, en el desarrollo, en el clímax y en el desenlace. Eso fue cruel, muy cruel, pero inteligente.
-El diálogo final. Los matones nos explican en qué consistía el filme, el juego, a través de esa postura sobre lo real y lo ficticio. Que lo ficticio, a pesar de ser ficticio, puede estar ocurriendo en alguna parte, pero no tenemos la certeza de aquello. Y eso, aterra. Es una provocación que nos dice "Hey, esto es totalmente ficción, no lo olvides, pero basado probablemente en algo real, que tú no sabes ni nunca sabrás, o quizá sí, búscalo si quieres".
Entonces, así como Borges, Cortázar y Bolaño fastidiaban a sus lectores, Haneke también lo hizo y lo hará con los que están aún por verla. Recuerda, no trates de matar tan rápido esta película, que se acabará la diversión.
-El título es la primera pista de Haneke, de hecho, es la tesis de la película. Todo es un juego, independiente de la crudeza.
-La intertextualidad-pastiche relativamente notoria. Sí, tiene muchos elementos que hacen recordar inevitablemente a la naranja mecánica, pero es un pecado creer que es producto de la casualidad y que Haneke no pudo evitarlo. ¡NO! Él lo hizo así, para darnos pistas de lo que se nos venía.
-Los apartes de Arno Frisch (incluido el control remoto) eran el juego máximo del director. Constantemente nos decía que era una ficción, que no debíamos creerlo, que nos relajáramos, pero no, imposible, porque esos planos pesados, de silencio casi absoluto no lo permitían, porque cuando parecía haber un poco de redención, nuevamente arremetía la dupla de enfermos, creando esta sensación extraña. A esa altura de la película ya sabíamos, incluso, como terminaría todo, pero no lo podíamos aceptar. Como si el director estuviera en nuestro cerebro pidiéndonos huevos.
-El efecto de bucle infinito. El ritual de la pareja de asesinos se presencia, directa e indirectamente, en el inicio, en el desarrollo, en el clímax y en el desenlace. Eso fue cruel, muy cruel, pero inteligente.
-El diálogo final. Los matones nos explican en qué consistía el filme, el juego, a través de esa postura sobre lo real y lo ficticio. Que lo ficticio, a pesar de ser ficticio, puede estar ocurriendo en alguna parte, pero no tenemos la certeza de aquello. Y eso, aterra. Es una provocación que nos dice "Hey, esto es totalmente ficción, no lo olvides, pero basado probablemente en algo real, que tú no sabes ni nunca sabrás, o quizá sí, búscalo si quieres".
Entonces, así como Borges, Cortázar y Bolaño fastidiaban a sus lectores, Haneke también lo hizo y lo hará con los que están aún por verla. Recuerda, no trates de matar tan rápido esta película, que se acabará la diversión.