Desde el momento en el que estaban en carterela, tanto "Elle" como "Toni Erdmann", despertaron mi interés. Sin embargo, no ha sido sino hasta varios años después, que he podido visionar ambas películas. Recuerdo que en aquel momento se hablaba de ambas y se hablaba muy bien. Si la primera ganó el Goya a la Mejor Película Europea, la segunda arrasó en los Premios del Cine Europeo. Por ello, tenía la convicción de que disfrutaría viendo ambas películas y además, estaba predispuesto a que me gustaran.

Técnicamente, "Toni Erdmann" es una muy buena película. Se perciben los postulados de Dogma 95: Nada de música, rodada en Bucarest cámara en mano, incluso se respeta el tratamiento de la luz sin artificios (aunque a veces enfocar a contraluz nos deja nada más que sombras y resulta un poco molesto).

No obstante, el cine no son sólo cuestiones técnicas, sino que también se compone (de hecho, en gran medida) de las sensaciones y de los sentimientos que nos provocan. Y esto último, no es algo sobre lo que exista unanimidad, ni muchísimo menos. Leo fantásticas críticas profesionales sobre lo hilarante de los gags que se suceden a lo largo de la película y como esta comedia dramática ha llegado al corazón de muchas personas. En mi caso personal, lo que he visto han sido una sucesión de situaciones que no han despertado en mí el más mínimo interés. Pasan cosas, sí, pero no me he sentido capaz, durante las 2h 40 min de metraje de conectar con los personajes, sus problemas, sus aspiraciones, etc.

Con Toni Erdmann tenía grandes esperanzas... Que se quedaron en eso.