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Voto de torch:
10
8,3
12.149
Drama
Kanji Watanabe es un viejo funcionario público que arrastra una vida monótona y gris, sin hacer prácticamente nada. Sin embargo, no es consciente del vacío de su existencia hasta que un día le diagnostican un cáncer incurable. Con la certeza de que el fin de sus días se acerca, surge en él la necesidad de buscarle un sentido a la vida. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al transcurrir de las casi 2 horas y media de película esta te va provocando distintas sensaciones. En un principio atiné a pensar que se trataba de una inteligente crítica a la burocracia, después pensé que era más parecido al LA TREGUA de Mario Benedetti, al encontrar esa última oportunidad de ser feliz con una mujer cuya jovialidad lo contagiaba aunque no se trate de un amor de pareja, pero finalmente me lleva al camino que siguió Tolstoi en LA MUERTE DE IVAN ILLICH, en la cual la oportunidad de redención siempre está presente, esto es la prueba más clara de la existencia de Dios. Increíblemente conducida, es necesario tomarse el tiempo para saborear esta maravilla atemporal del séptimo arte. Nada es aleatorio, las miradas las canciones, los silencios, aunque tal vez en el transcurso de la misma no lo entendamos del todo, llega el momento en que todo tiene sentido y es el más sublime.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Las diferentes etapas por las que pasa en su decisión de aprovechar el tiempo que le queda, desde los placeres mundanos, hasta la más profunda y amorosa entrega al servicio de los demás (magistralmente relatado) nos ejemplifica la forma en la que se debe vivir, que en este caso es morir. Y una vez más aunque el mundo y los medios nos impongan la idea de felicidad como el solo goce de los sentidos, Kurosawa nos muestra como el sacrificio, es más edificante para nuestra paz interior y para el mundo que nos rodea en definitiva, más que la suma de momentos vividos vertiginosamente y sin un rumbo concreto,o sea, por el placer mismo. La reunión final de los alcohólicos eufóricos de este nuevo ímpetu de responsabilidad y colaboración que hasta ese momento desconocían, es otra muestra de la muy espiritual pero realista percepción de la vida del director. Acordándome de la parábola de Jesús de las semillas de trigo que caen en medio de la cizaña.