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España España · El puerto de Santa Maria,Cadiz
Voto de Nachogf:
8
Ciencia ficción. Drama. Animación La necesidad de dinero, lleva a una actriz (Robin Wright) a firmar un contrato según el cual los estudios harán una copia de ella y la utilizarán como les plazca. Tras volver a la escena, será invitada a un congreso, que se desarrolla en un mundo que ha cambiado completamente. Basada en una novela de Stanislaw Lem, se trata del retrato de un mundo que se dirige inevitablemente hacia la irrealidad.
18 de noviembre de 2013
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi lista de películas que deseaba ver con impaciencia durante este SEFF se encontraban: Borgman, The Immigrant, La Gran Belleza y The Congress, pero sin lugar a dudas ésta era la cinta que más impaciencia me causaba. Arriesgada, brillante, única, absorbente, sorprendente... podría basar mi opinión en adjetivos positivos, pero eso no le haría justicia. Se trata de la segunda obra de Ari Folman, conocido por su aclamadísima internacionalmente ópera prima, Vals con Bashir. The Congress adopta (y adapta) la obra de Stanislaw y la retuerce para amplificar su mensaje. Una valiente Robin Wright interpreta a sí misma, una actriz fracasada que decide vender su "yo" actriz a Miramount, gran parodia de los grandes estudios hollywoodienses (clara referencia a Miramax y a Paramount), para que exista por siempre el concepto de "actriz llamada Robin Wright" en un ordenador y así poder realizar películas digitales con ella.

La crítica a la industria del cine es la columna vertebral del film. Empieza por debatir el papel de un actor en una película, así como cómo la imagen de la actriz tal y como la conocemos puede desaparecer, para luego incidir en el papel del creador, en las (nuevas) formas de consumir entretenimiento y finalmente, se centra en cuestionar la posición del propio público, situando su tesis en la posibilidad de que, en el futuro, la forma definitiva de entretenimiento no sea otra que una personalizada para ti mismo.

The Congress habla de la evolución del arte y ciertamente lo parodia. El largometraje no abre el debate de si debemos considerar el cine como mero producto de consumo o como forma de arte, sino que se limita a afirmar y a reirese de la idea de que el cine es "solamente" consumo. Sin querer revelar mucho sobre el mensaje de la película, queda decir que la crítica al cine que se plasma en ella es de las más duras que hemos visto en pantalla jamás.

The Congress se divide en dos partes, una rodada con imagen y actores reales y otra animada. En la parte real los personajes hablan claro, no titubean ni intentan mentir, muestra la realidad de la forma más honesta. Mientras tanto en la parte animada lo que vemos es la máscara de las personas, que quieren ser y como abandonan su identidad para formar parte de un avatar, un reflejo de sus deseos. La animación es fluida, de calidad y de un carácter marcademente psicodélico. Debemos aceptar esa parte de la animación, ya que es la parte más simbólica, si tu mente te permite adentrarte en este surrealista y sorprendente mundo con Robin Wright, entenderás que estamos ante una de las películas del año.

Crítica original: http://www.lallaveazul.com/2013/11/conexion-seff-folman-fascina-y-binoche.html
Nachogf
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