Tras ver REC 3 concluyo que podría haberse llamado perfectamente REC Bodas de Sangre, dándole un toque español que no necesita y haciendo un guiño a García Lorca.
Y es que si algo me ha gustado de REC 3 es que es española por los cuatro costados. No muestra una España irreal como vemos en algunas series u otras películas. La típica boda, con su cutre montaje, etc.

Cuando vi REC 2 me dejó que ni fu ni fa. Mucha acción, mucha sangre, la trama bastante incongluente en ciertas ocasiones y menos sorprendente que la anterior. Pero Paco Plaza ha sabido renovarse con Génesis. Ha dejado de lado el bloque de vecinos, también la seriedad de la trama y es que como virtud, esta tercera entrega, tiene sus momentos de humor. Todo es menos rígido, más despreocupado, no hay momentos ñoños y nadie es imprescindible.

En conclusión, la más divertida de la saga, pero sin escatimar en sangre.