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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Comedia. Drama La película consta de seis episodios que alternan la intriga, la comedia y la violencia. Sus personajes se verán empujados hacia el abismo y hacia el innegable placer de perder el control, cruzando la delgada línea que separa la civilización de la barbarie. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2014
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas proyecciones he vivido en los últimos años con el público tan entregado como la de Relatos Salvajes en el pasado Festival de San Sebastián. Se dice que este entusiasmo, con risas y aplausos constantes durante la película, también se produjo unos meses antes en Cannes, un lugar más propio del cine solemne, donde el jolgorio en el patio de butacas no debe se lo habitual. En Argentina la película lleva ya varios millones de espectadores desde su estreno. Habrá que ver como reacciona el público español, pero todo hace suponer que el fenómeno se repetirá también aquí.
Todo esto no quiere decir que Relatos Salvajes tenga que ser una película necesariamente buena, aunque en este caso así sea. Pero sí dice mucho de la conexión que se establece entre la pantalla y el público, algo que para un cineasta es, seguramente, mucho más importante que la más grande de las Palmas.
Relatos Salvajes viene a ser, por una vez, lo que su propio título indica. Una sucesión de seis historias cuyo clímax se mueve entre la violencia contundente y el humor más que negro, en una combinación perfectamente salvaje. Como dato muy positivo diré que aquí no hay hilo conductor, ni unión entre los relatos, ni círculo que se cierra al final ni nada de eso. Cada historia empieza y acaba en sí misma. No se si yo la hubiera relacionado con los míticos Cuentos Asombrosos ochenteros, pero la estructura sí que viene a ser la misma.
Un vuelo muy especial, un pique al volante en una carretera desierta, un restaurante de carretera y un bote de matarratas, un hombre indignado con sus multas de aparcamiento, un desafortunado atropello, y, para acabar, una boda por todo lo alto. Estos son los seis escenarios en los que transcurren las seis historias que cuenta la película. Seis relatos llenos ingenio, que ponen en evidencia algunas de las principales taras de la sociedad en la que vivimos, pero que se disfrutan, sobre todo, como pequeñas píldoras explosivas, directas y contundentes. En este sentido son las historias más puntuales, tal vez, las que funcionan con mayor fuerza, destacando por encima de las demás la protagonizada por Leonardo Sbaraglia. Antes de Relatos Salvajes el director Damián Szifrón había hecho mucha televisión y solo dos películas. Pese a todo, en Relatos Salvajes demuestra sabérselas todas, haciendo un trabajo rabiosamente vivo con el que consigue resolver de manera convincente aquellos giros del guion que, sobre el papel, podrían resultar menos creíbles.
Relatos Salvajes se completa con un reparto sencillamente insuperable, que consigue redondear unos personajes que en algunas ocasiones, posiblemente por la brevedad de algunas historias, puedan aparecer algo desdibujados. Si algo no está en el papel, ya se encargan los intérpretes, con un simple matiz, de que el espectador entienda plenamente sus motivaciones, que son, en realidad, las que llevan, en volandas, cada una de las historias hasta sus fantásticos y contundentes finales. No destaco ningún nombre porque tendría que hacerlo con todos ellos para no ser injusto.
Puede que me equivoque, y aquí quedará escrito para comprobarlo, pero Relatos Salvajes está destinada a ser uno de los grandes bombazos de la taquilla de este año. Que así sea.
ernesto
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