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España España · bilbao
Voto de ernesto:
6
Comedia. Drama Nic (Annette Benning) y Jules (Julianne Moore) son una pareja de lesbianas que viven con sus dos hijos adolescentes: Joni (Mia Wasikowska) y Laser (Josh Hutcherson), ambos fruto de la inseminación artificial. Lo que obsesiona a los dos chicos es conocer a su padre biológico, un tal Paul (Mark Ruffalo), que donó su semen a una clínica cuando era joven. Recién cumplidos los 18 años, Joni se acoge al derecho de solicitar información sobre ... [+]
23 de abril de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La filmografía de la directora Lisa Cholodenko es bastante corta. Solo tres películas en más de diez años, pero son tres películas de marcado carácter feminista. En los tres casos son guiones propios, y están protagonizados por mujeres resolutivas que rompen con las convenciones, y ya deja paso deja en un lugar bastante dudoso a los hombres que en ellas aparecen.
Pero en su última película, Los chicos están bien, a Lisa Cholodenko le sale su vena más conservadora a la hora de rematar la que prometía ser su película más valiente. Justo cuando llega el momento de que la historia de ese paso al frente que la podía situar a la cabeza del cine más libre y abierto, resulta que sucede todo lo contrario, y al final la película acaba siendo más de lo de siempre.
La historia de Los chicos están bien es sencilla de contar, pero lleva implícitos sentimientos y situaciones de lo más complejos. Nic y Jules son una pareja de lesbianas, madura, estable y con una vida acomodada y desahogada. Nic es la madre natural de la chica, mientras que Jules lo es del chico. El padre en cambio es común, ya que la inseminación se produjo a partir del mismo donante.
Su vida transcurre como la de una familia normal, de los clásicos y rutinarios problemas de pareja a los clásicos y rutinarios choques con unos hijos adolescentes. En definitiva una vida tranquila y moderadamente feliz. Pero todo cambia el día que los hijos decidan encontrar a su padre. La aparición de este nuevo personaje, con su particular filosofía de vida, trastoca por completo esa aparente felicidad en la que vivían Nic y Jules, las protagonistas. El vuelco que da la historia hace que toda la simpatía y frescura iniciales den paso a una intensidad dramática que anula cualquier posibilidad de resolver la historia por la vía más abierta y optimista.
La moraleja final, que la hay, además de obvia y previsible, castiga al personaje más libre de la película, transformando una historia que contagiaba optimismo en un alegato rancio y conservador.
Imponiéndose a este discutible giro final está el reparto de la película, encabezado por Annette Bening y Julianne Moore, dos actrices desbordantes que en este caso se entregan a sus personajes con entusiasmo y, especialmente en el caso de la primera, mucha sutileza. Es difícil estar a la altura de la presencia de estas dos mujeres pero tanto Mark Ruffalo como los dos hijos adolescentes cumplen a la perfección con su labor.
ernesto
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