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Voto de ernesto:
6
6,8
32.345
Drama. Ciencia ficción
Justine (Kirsten Dunst) y su prometido Michael (Alexander Skarsgård) celebran su boda con una suntuosa fiesta en casa de su hermana (Charlotte Gainsbourg) y su cuñado (Kiefer Sutherland). Mientras tanto, el planeta Melancolía se dirige hacia la Tierra... (FILMAFFINITY)
8 de marzo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando sus provocadoras declaraciones en el pasado Festival de Cannes dieron la vuelta al mundo encabezando los titulares de periódicos e informativos, quedó bastante claro que Lars Von Trier era algo más que el típico director europeo conocido entre el público más cinéfilo y festivalero. Lars Von trier es en este momento una de esas prima donnas del mundo del cine cuyo brillante talento esta al servicio no solo de sus películas, por discutibles que sean, sino de sí mismo y su irremediable obsesión por la autopromoción y el protagonismo.
Después de haber revuelto conciencias, sensibilidades y estómagos con la más provocadora que eficaz Anticristo, el director danés volvió al Festival de Cannes, donde se le selecciona si o si, con una película sobre el fin del mundo. Ahí es nada. Pero la jugada no le salió redonda, ya que se encontro con que otro director de sobrado, aunque poco prolífico, talento también se puso el mundo por montera, y lo que es peor, le ganó la partida llevándose la Palma de Oro. Él, en cambio, enfango la recepción de su película con unas declaraciones tan gratuitas como poco afortunadas.
En cualquier caso, y aparte de todas las cosas que rodean a la película pero que son ajenas a ella, Melancolía está lejos de la intensidad dramática de Rompiendo las olas o Bailar en la oscuridad, o de la atractiva innovación que supusieron en su momento Europa o Dogville. Ni siquiera alcanza, ni de lejos, el nivel de provocación de Anticristo o Los idiotas. Es decir, que pese al esfuerzo en esta ocasión Lars Von Trier se ha quedado a medio gas.
Melancolía se desarrolla en unas circunstancias que, de momento, nadie ha vivido. El planeta que da título a la película chocará contra la Tierra en breve provocando su desaparición. Lo que viene a ser el fin del mundo. En este entorno se celebra una boda en una gran mansión. La desequilibrada Justine se casa. Como si del cumpleaños familiar de la película Celebración, de Thomas Vinterverg, se tratara, esta boda se convierte en una especie de catarsis, no solo para la protagonista sino también para toda su familia, algo a lo que su encorsetada hermana mayor decide no entregarse. A ella le tocara el turno en la segunda parte de la película, cuando, viendo próximo e invitable el final, la relación entre las dos hermanas vivirá sus momentos más sinceros.
Lars von Trier crea esta vez una serie de personajes antipáticos con los que es imposible empatizar. Llenas de taras psiquícas o emocionales, las dos protagonistas principales de la historia poco tienen que ver con Grace, Selma o Bess, anteriores heroinas del cine de Von Trier, y solo el notable esfuerzo de las actrices Kirsten Dunst y Charlotte Gainsbourg consigue transmitir una humanidad que no se encuentra en la construcción de los personajes.
(sigue sin spoiler)
Después de haber revuelto conciencias, sensibilidades y estómagos con la más provocadora que eficaz Anticristo, el director danés volvió al Festival de Cannes, donde se le selecciona si o si, con una película sobre el fin del mundo. Ahí es nada. Pero la jugada no le salió redonda, ya que se encontro con que otro director de sobrado, aunque poco prolífico, talento también se puso el mundo por montera, y lo que es peor, le ganó la partida llevándose la Palma de Oro. Él, en cambio, enfango la recepción de su película con unas declaraciones tan gratuitas como poco afortunadas.
En cualquier caso, y aparte de todas las cosas que rodean a la película pero que son ajenas a ella, Melancolía está lejos de la intensidad dramática de Rompiendo las olas o Bailar en la oscuridad, o de la atractiva innovación que supusieron en su momento Europa o Dogville. Ni siquiera alcanza, ni de lejos, el nivel de provocación de Anticristo o Los idiotas. Es decir, que pese al esfuerzo en esta ocasión Lars Von Trier se ha quedado a medio gas.
Melancolía se desarrolla en unas circunstancias que, de momento, nadie ha vivido. El planeta que da título a la película chocará contra la Tierra en breve provocando su desaparición. Lo que viene a ser el fin del mundo. En este entorno se celebra una boda en una gran mansión. La desequilibrada Justine se casa. Como si del cumpleaños familiar de la película Celebración, de Thomas Vinterverg, se tratara, esta boda se convierte en una especie de catarsis, no solo para la protagonista sino también para toda su familia, algo a lo que su encorsetada hermana mayor decide no entregarse. A ella le tocara el turno en la segunda parte de la película, cuando, viendo próximo e invitable el final, la relación entre las dos hermanas vivirá sus momentos más sinceros.
Lars von Trier crea esta vez una serie de personajes antipáticos con los que es imposible empatizar. Llenas de taras psiquícas o emocionales, las dos protagonistas principales de la historia poco tienen que ver con Grace, Selma o Bess, anteriores heroinas del cine de Von Trier, y solo el notable esfuerzo de las actrices Kirsten Dunst y Charlotte Gainsbourg consigue transmitir una humanidad que no se encuentra en la construcción de los personajes.
(sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El conflicto dramático que presenta Melancolía es difuso, y solo consigue provocar la sensación de pereza ante el continuo ir y venir de Justine y algo parecido a la indiferencia cuando su hermana toma las riendas del relato. Y lo que es peor, el marco apocalíptico en el que se desarrolla la historia acaba fucionando unicamente a nivel estético, ya que aunque le sirve al director para envolver de forma casi hipnótica a sus personajes, no consigue hacerlo partícipe de sus obsesiones con la intensidad deseada.
Melancolía deja más que confirmado el indiscutible talento de Von Trier para engatusar el espectador con imágenes magnéticas. Solo cunado estas acompañan a historias a su altura se logra el milagro, y este no ha sido el caso.
Melancolía deja más que confirmado el indiscutible talento de Von Trier para engatusar el espectador con imágenes magnéticas. Solo cunado estas acompañan a historias a su altura se logra el milagro, y este no ha sido el caso.