En estos tiempos donde el cine de terror ha vuelto a ser un subgénero sin la más mínima credibilidad, tiempos de efectismo visual, efectos especiales, montajes acelerados, música estentórea y sobredosis de hemoglobina, es conveniente de vez en cuando volver la vista atrás y comprobar que, una vez, no hace mucho tiempo, cuando el guión y las actuaciones primaban más que la acción y las carreras, cuando la música era un aterrador elemento más de la película, y no una excusa para vender CD's, cuando era preferible provocarle un escalofrío al espectador en vez de un grito, hubo una vez, decía, en que se hacían grandes filmes de género, películas como "La profecía".
En fin, supongo que estoy chapado a la antigua, pero yo, particularmente, preferiría tener que enfrentarme a Jason, Freddy y Leatherface antes que provocar la ira de Mrs. Baylock.