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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Drama. Comedia. Intriga Estado de Nueva York, años setenta. Irving Rosenfeld (Christian Bale), un brillante estafador, y su inteligente y seductora compañera Sydney Prosser (Amy Adams) se ven obligados a trabajar para un tempestuoso agente del FBI, Richie DiMaso (Bradley Cooper), que sin querer los arrastra al peligroso mundo de la política y la mafia de Nueva Jersey. (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2014
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
16(28/01/14) Sobrevalorado film del sobrevalorado realizador David O. Russell, echa mano de un hecho real adaptando muy libremente, la añeja y polémica operación Abscam que a finales de los 70 enchironó una red corrupta de políticos americanos, una alcalde, congresistas y un senador, ello en una alegoría pueril de una nación que es pura fachada, para reflexionar sobre las falsas apariencias, sobre la doble moral. Todo esto que sobre el papel, con la excusa de un juego de timadores-estafadores, con un elenco de actores fabuloso, una ambientación excelente, hacía presagiar una gran obra pero mis esperanzas se hundieron en un producto irregular, con falta de originalidad, un deja vú constante, con escasas escenas para el recuerdo, y con poder de calado nulo, la ves y la olvidas.

Estamos en 1978, Irving Rosenfeld (buen Christian Bale) y Sydney Prosser (buena Amy Adams) son dos estafadores que han montado un negocio de préstamos, son pillados por un agente del FBI, Richard Dimaso (buen Bradley Cooper), este para poder eludir la prisión les propone que se unan a él para pillar al que supone un corrupto político, Carmine Polito (buen Jeremy Renner), el alcalde de Nueva Jersey que pretende revitalizar el juego en Atlantic City para lo que requiere mucho dinero, dinero que Dimaso piensa conseguirá de modo ilegal, esta operación tendrá con muchas reticencias a su jefe, Stoddar Thorsen (correcto Louis C. K.). Para enredar el asunto Irving y Sidney son amantes, Irving a su vez está casado con Rosalyn (buena Jennifer Lawrence), con la que no se lleva bien, pero no deja por no abandonar a su hijo, entre medias de la operación Richard tiene un affaire con Sidney.

El guión lo escriben el propio realizador junto a Eric Wanger Singer (‘The International’), que como ya he dicho se inspiran en la operación Abscam, con múltiples licencias, algunas enumero en spoiler, al menos demuestran humor cuando sobreimpresionan al comienzo <Algo de esto realmente sucedió>. El director tiene el poder de engancharte en un prometedor inicio, remarcando su tono de comedia screwball y presentándonos con ingenio a los protagonistas, primero a un Rosenfeld fondón, con gafas enormes, frente a un espejo calvo intenta taparse el clareón con un hortera peluquín, en la segunda escena entran Sydney y Richard, tienen una discusión y Cooper le estropea el peluquín, alterada Amy se lo arregla ante el temor de que Christian explote. Luego viene un flash-back ágil en que nos relatan la trayectoria de Rosenfeld con gran sentido del humor, pero en cuanto tiene que desarrollarse la trama principal el ritmo desacelera en un mar de situaciones cojas, decayendo el magnetismo de su arranque y derivando en falta de valentía, cayendo en lugares comunes del género, con continuos tiras y afloja sentimentales que me alejan de la historia por la nula empatía que me emiten estos amoríos, cero chispa en ta subtrama, no sabe O. Russell equilibrar el film en sus géneros quedando una tragicomedia gélida. Esta sensación de irregularidad se acentúa por su larguísima duración, no hay historia para 2 horas y cuarto, a lo mejor la capacidad de síntesis con una buena tijera hubiera mejora el resultado final. Incluso en el debe están unos personajes interpretados magistralmente pero planos, no trascienden, no conectas con ellos, te da igual lo que les pase, puede que el realizador fuera consciente de esta tara y por ello les incorporara imágenes tan llamativas, a Bale un gordito, calvorota y con gafotas, Adams pelo con permanente, vestimenta sexy e interminables escotes, Cooper con un rizado horterísimo, y uno se pregunta que importancia tiene esto en la historia, y la respuesta es ninguno, O. Russell pretende ser el gran estafador al querer ocultarnos los defectos tras un look de sus protagonistas provocador. El director pretende hacer una crítica ahondando en un mundo de mentiras donde los protagonistas se mienten constantemente unos a otros, adulterios, amantes que engañan a sus amantes, el FBI intentando engañar a un alcalde, gente que se hace pasar por lo que no es. Es una narración que toca temas como la amistad, la lealtad, el amor verdadero, la mentira, la traición, o deconstrucción del Sueño Americano. La cinta podría haber tomado muchos caminos, como el de arremeter contra los poderes políticos que nos gobiernan, o el juego de trileros, pero toma una vía intermedia mezclando un cuadrado romántico frágil, enclenque, débil, me aleja del relato, y cuando en su recta final pretende ser ‘El Golpe’, con giro sorpresa ya estoy tan alejado de lo que veo que me da igual, sobre todo por que la sorpresa es previsible además de poco hábil, demostrando una corrección política y condescendencia penosa. Solo sobresalgo una escena por lo vibrante e intensa que me parece, es la de la reunión entre los estafadores con el falso jeque (buen Michael Peña) y el mafioso Victor Tellegio (escaso pero gran Rober DeNiro), la tensión se puede cortar, teniendo un mordaz clímax.

La espléndida ambientación es uno de sus puntos más fuertes con una estupenda recreación de la época, con un gran diseño de producción de Judy Becker (‘Brokeback Mountain’ o ‘The Fighter’), con un sobresaliente vestuario de Michael Wilkinson (‘300’ o ‘Watchmen’), reflejo de un hortera periodo, un pomposo trabajo de peluquería, y esto enmarcado en la decadente fotografía del sueco Linus Sandgren (‘Tierra Prometida’), acentuando los grises y amarillos, absorbiendo granuladamente la esencia de los 70, y a estos elementos se suma su sugestiva banda sonora, con un siempre adecuado Danny Elfman, además de una loable galería de termas alusivos al tiempo, desde su inicio con la alusiva ‘Dirty Work’ de Steely Dan, pasando por David Bowie, Paul McCartney, Elton John, Santana, Tom Jones, Donna Summer, los Bee Gees, Duke Ellington o Cole Porter. Odo esto completa un sugestivo viaje al pasado. (continua en spoiler sin)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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