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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Thriller. Drama Cetarti, un empleado público que acaba de ser despedido, viaja desde Buenos Aires a Lapachito, un solitario pueblo en la provincia del Chaco. Debe hacerse cargo de los cadáveres de su madre y su hermano, que han sido brutalmente asesinados, y con quienes no le une ningún lazo afectivo. Lo único que moviliza a Cetarti a emprender el viaje es la posibilidad de cobrar un modesto seguro de vida para poder instalarse en Brasil. Allí conoce a ... [+]
25 de julio de 2017
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
150/15(15/07/17) Sugestivo film argentino dirigido y guionizado por el uruguayo Israel Adrián Caetano, realizando un lienzo desolador de la Condición Humana, mostrada como desalmada, codiciosa, egoísta, cruel, individualista, donde solo vale la supervivencia y si es pisoteando al de al lado mejor, ello en un escenario deprimente de un pueblo rural de la profunda Argentina, lugar sórdido, poco habitado, . El guión del propio realizador junto a Nora Mazzitelli se basa en el libro de Carlos Busqued "Bajo este sol tremendo", desarrollando un crudísimo relato, embestido de una violencia latente que cala en el espectador desde el principio, cuando vemos dos cadáveres con el cráneo sesgado, dejando un poso amargo en su devenir. Uno de sus pilares son las tremendas actuaciones, sobresaliendo la que para mí es la mejor actuación de su prolífica y buena carrera, el papelón de un Antológico Leonardo Sbaraglia, absolutamente un villano aterrador.

Certati (Daniel Hendler) viaja a Lachapito, pueblo rural en el norte de Argentina, para enterrar a su madre y su hermano, asesinados por un antiguo militar. Allí conocerá a Duarte (Leonardo Sbaraglia), un buscavidas siniestro, que le proporcionará ayuda interesada. Tendrá importancia en la historia Marta (Ángela molina), esposa del asesino; Danielito (Alian Devetac) hijo de Marta y el asesino; y Enzo (Pablo Cedrón), chatarrero local.

La cinta nos presenta desde el inicio un micromundo mugriento, desolado, despoblado, malsano, donde la ley ni está ni se le espera, lugar que parece olvidado en el tiempo, donde el temor y violencia parecen palpitar en el viciado ambiente, en lo que se puede ver como una alegoría dela dictadura Militar argentina, Duarte es un claro vestigio de este represor régimen, en cierto modo similar al Arquímedes Puccio de “El Clan” (2015), seres que en su nihilismo recalcitrante se creen por encima del bien y del mal, donde la amoralidad campa a sus anchas y estos villanos se autoerigen en extensión de la tiranía, cual sistema darwinista donde solo sobrevive el más fuerte o el que menos escrúpulos tiene, este dogma de la fauna reflejado en paralelismos y presencia constante de animales, los perros salvajes, el réptil en la pecera, o la cuasi-onírica escena del toro que ataca la casa de Certati, y aquí Duarte es líder de la pirámide “alimenticia”, un microcosmos desprovisto de sentimientos de empatía, solo la plata. El protagonista Certati con su llegada a Lachapito parece realizar un descenso al purgatorio, donde las miserias y patetismo humano dejan en muy mal lugar la naturaleza de los hombres, donde la podredumbre y la degradación corrompen todo a su paso. Film con trazas de western spagueti fronterizo, crisol de personajes que se mueven entre lo gris y los oscuro, donde la bondad es un ente que ni está ni se le espera. Caetano dota de un clima retorcido los fotogramas, promoviendo un suspense intrigante candente en su metraje, donde la maldad en diferentes niveles se expande cual virus venenoso, desheredados con el único objetivo de sobrevivir, ello plasmado con dosis de humor seco.

La puesta en escena es uno de sus fuertes, con esmerada dirección artística de Gonzalo Delgado (“Whisky”), rodando en Chaco (Argentina), transmitiendo un lugar parado en el tiempo, mugriento, feista, caluroso, parajes dejados de la mano de Dios, abandonados, viviendas decrépitas, patios asquerosos, grande la sutilidad en que se deja entrever que esta zona tuvo mejores tiempos, con el cartel que promete la construcción del Polo Científico de Lapachito, y en el lugar solo abandono y valla rodeando la nada, esto con la fotografía de Julián Apezteguia (“El Clan” o “Carancho”), aunque en los créditos aparece Caetano como encargado de "encuadre y dirección", cámara que enfoca con vigor primeros planos que extraen lo mejor de las actuaciones, con ángulos cuidados que oprimen, con ágiles y sugestivo movimientos del objetivo, bajo un patinado de colores enérgicos que subrayan la fealdad ambiental, transmitiendo un entorno deprimente del que es mejor escapar.

Pero la cinta a mi (modesto) parecer no es lo grande que muchos han visto: El ritmo resulta desequilibrado, con tramos que se alargan sin sentido, como todo lo referente al chatarrero, totalmente prescindible, aporta entre poco y nada, y encima esto cae en la redundancia; El personaje de la viuda Marta queda bastante difuso y poico aprovechado, parece tiene más peso en el libro de lo que da en la pantalla; Empieza fuerte, te atrapa en su seca atmósfera. Pero el guión comete algunos errores (en mi humilde opinión), cayendo en situaciones confusas y arbitrarias, despistando al espectador, cruzando subtramas de forma un tanto irregular, cayendo en un rush final metido con calzador y al que hay que darle patente de corso para aceptarlo (spoiler).

Leonardo Sbaraglia encarna con portentoso carisma con furibunda energía, con sugestiva labia, con incisiva imagen (esos dientes negros, ese bigotón, esas gafas de sol perpetuas…), turbadora presencia que acentúa con un radiante lenguaje corporal y gestual, siniestra sonrisa, sibilino, artero, aterrador, cínico, manipulador, sádico, un carácter que le marcará (o por lo menos debiera). Daniel Hendler compone a un nihilista adusto, dejado, asocial, sin metas en la vida, reflejando a un tipo insípido, con una imagen de pereza, desidia, apatía, notable interpretación; Ángela Molina excelso reflejo del cansancio vital; Alian Devetac como Danielito, el “secuaz” de Duarte, estupendo en su aturdido, dotando a su rol de ambigüedad; Alejandra Flechner está brillante como una infortunada secuestrada, demostrando todo el terror y temor ante la situación; Pablo Cedrón como el chatarrero está espléndido como tullido, lástima que su papel este fuera de lugar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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