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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Romance. Drama Historia de amor de dos universitarios de Harvard que pertenecen a clases sociales muy distintas. Él, Oliver Barrett IV (Ryan O'Neal), es hijo de un poderoso banquero, mientras que el padre de Jenny (Ali MacGraw) es un humilde emigrante italiano. A pesar de ello, se enamoran, pero una enfermedad los enfrentará a algo mucho más grave que sus diferencias sociales. (FILMAFFINITY)
23 de septiembre de 2016
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
162/01(01/09/16) Sobrevaloradísimo melodrama realizado por Arthur Hiller, prototipo de lo que es una historia romántica almibarada hasta producir arcadas de ardor, maniquea, tediosa, plana, nada original, un folletín sin alma envuelto en papel muy colorido (su puesta en escena, con su mítica música, y la bonita fotografía ensalzando bonitos lugares neoyorkinos) que pretende esconder sus abracadabrantes carencias, tuvo que ser un año muy malo de cine para que este pastiche obtuviera siete nominaciones a los Oscar, todas importantes, solo ganó el score de Francis Lai. Lo dice en los Simpson, fue la cinta que salvó de la quiebra a la Paramount, con un presupuesto de 2’2 millones $, obtuvo en taquilla 48 veces más, pero esto no la hace buena, la hace popular, el guión es del propio escritor del best-seller en que se basa el film. Considerado uno de los films más románticos por el American Film Institute (# 9 en la lista ) y es # 37 en la lista de las películas más taquilleras en Canadá y los Estados Unidos . La película hizo a Ali MacGraw y Ryan O'Neal grandes estrellas del momento y ambos fueron nominado para un Oscar. “El amor significa nunca tener que decir lo siento” se dice dos veces en la película, una vez por Jennifer cuando Oliver está a punto de disculparse con ella por su ira, y otra al final por Oliver a su padre cuando su padre dice "lo siento", cita llegó a # 13 en el American Film Institute 's 100 años de AFI ... 100 Citas de película , una lista de las principales citas de película. La comedia “Qué me pasa, doctor?” (1972), protagonizada por O'Neal, se refiere a esta línea al final, cuando Barbra Streisand le dice “Amor significa nunca tener que decir que lo sientes ", el personaje de O'Neal responde "Eso es lo más estúpido que he oído". Tiene una continuación, “Historia de Oliver” (1978), protagonizada por Ryan O'Neal y Candice Bergen.

Este film lo he visto con motivo de la reciente muerte de su director Arthur Hiller (17 de agosto de 2016 a los 93 años), es su film más famoso, pero no por ello su mejor obra, ni mucho menos, hay en su films mejores, este mismo 1970 estrenó una película muchísimo mejor, que se disfruta de principio a fin, “Los encantos de la gran ciudad”, pero este “Love story” resultó un icono que ha pasado a la historia de la cultura pop de su tiempo, encontró su lugar con un romanticismo impostado, artificioso, un pseudo-plagio de “Romeo y Julieta”, chico rico conoce a chica pobre y se enamoran, con música bonita, actores guapos en el zenit de su belleza, una preciosa ambientación ensalzando Nueva York, se suma una cita cursi, “El amor significa nunca tener que decir lo siento” y tenemos un éxito sin precedentes, y es que los caminos del triunfo taquillero son un laberinto dentro de un jeroglífico, quizás fue realizada en un momento en que los estadounidenses necesitaban evadirse de la guerra del Vietnam, de las protestas pro-derechos civiles, del nixonismo, y sobre todo fuera que fue estrenada en tiempo endeble de buen cine. Y es que el film no es más que un pastiche edulcorado, sentimentaloide, solo hecho con la intención de provocar torrentes de llantos, siendo lo más triste no la trágica historia de amor, si no que es imposible empatizar con unos personajes talmente acartonados, hechos con molde estirado, unos protagonistas sin fondo alguno, una historia de amor que nace de modo simplista, un conflicto de él con su padre que chirría más que el Titanic partiéndose, un relato que ocurre muy deprisa, tanto que no te da tiempo a mínimamente sentir el dolor de los personajes, y es que todo va lineal, sin sobresaltos, todo parece hecho con el molde de lo previsible, a esto se añaden algunos toques rancios de machismo, como que él impide que ella cumpla su sueño de ir a París a trabajar pidiéndole casarse, o cuando a él el doctor le comunica una enfermedad (digo una porque realmente nunca nombran cual es), sin estar ella presente, una condescendencia machista sangrante, es como si por ser mujer la tomaran como una mente infantil, ella se entera tiempo después. Y es que son una pareja protagónica repelente, él odia a su padre sin saberse porque, simplemente porque sí, aunque luego no le importa pedirle dinero cuando le hace falta, ella es una resabiada, y entre los dos el realizador, para cubrir las deficiencias narrativas en exponer un relato de amor atractivo, nos cuela unas cuantas escenas “videocliperas” con musiquita agradable a modo de empujarnos a pensar “Oh!!! Cuanto se quieren!”, cuando en realidad llega a resultar tanta imposición empalagosa, quedando de una ligereza y banalidad vacua exasperante, dispositivos manipuladores que solo sirven para subrayar lo que se ha mostrado atropelladamente. No sabe sacar provecho de los dos buenos actores que hay en el film, Ray Milland y John Marley, los únicos que despliegan algo de emoción. Y es que emoción es algo de lo que la cinta anda nula, de sentimentalismos simplistas anda sobrada, ejemplo es lo que debería ser el corazón del relato, la enfermedad mortal (no es spoiler, nada más empezar se dice) de ella es mostrada en apenas dos flash, no se llega a tomar calor alguno con la situación cuando ella ha muerto. La verdad, jamás entenderé al público, es una masa con una mente tan compleja, como indescifrables, que haya obras maestras como “Qué bello es vivir”, “La noche del cazador” o “Grupo salvaje” que han sido fracasos comerciales y que este producto lineal, plúmbeo, huero, llevara a masas de gente al cine me deja frustrado sociológicamente.

La pareja protagonista están muy guapos, Ali MacGraw y Ryan O'Neal, pero la química entre ellos es cero, y su calidad interpretativa dista mucho de hacerme sentir sentimiento alguno, más inexpresivos que un arenque. Solo destacaría la presencia de un imberbe actor que con el tiempo ha pasado a ser uno de los grandes, me refiero a un jovenzuelo Tommy Lee Jones como compañero de universidad de Oliver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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