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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Romance. Drama. Comedia Barry (Adam Sandler) es un tipo solitario y poco sociable que fue educado entre siete hermanas. La sobreprotección que se le dispensó desde niño le ha impedido enamorarse. Un día descubre un error en un concurso con el que tiene intención de ganar miles de millas en billetes de avión. Mientras tanto, por mediación de su hermana conoce a una misteriosa mujer (Emily Watson) con la que inicia una romántica aventura. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
149/02/04/10/14) Decepcionante film del gran director y guionista Paul Thomas Anderson, tras su Apoteósica “Magnolia” parece que se toman un descanso sus musas, se tumba en una hamaca y hace un film con lo que parecen ideas descartadas para otros proyectos, un refrito de personajes estrambóticos que los junta en una historia insulsa, con diálogos pretenciosos, una petulante comedia romántica que aspira a mucho más de lo que da, con un guión irregular, con un desarrollo desequilibrado que hace que su escaso tiempo de metraje se haga lánguido, con secundarios desaprovechados y esto duele más teniendo en cuenta que Paul es un experto en dar alma coral a sus films, y eso que su arranque resulta muy sugestivo y prometedor con la presentación del singular protagonista, protagonista que se dice actor. Para escarnio de los que no nos gusta la película queda que el realizador fue premiado en Cannes como mejor director.

El protagonista es Barry Egan (insípido Adam Sandler), un tipo taciturno, con problemas asociales, y neurótico con ataques de repentina violencia, tiene 7 hermanas metomentodo, es dueño de una empresa que comercializa émbolos. Una noche de soledad llama a una línea erótica, a la mañana siguiente la chica con la que habló lo telefonea para extorsionarlo. Un día conoce a Lena Leonard (perdida Emily Watson), amiga de su hermana Elizabeth ( Mary Lynn Rajskub ), con la que comienza una relación por medio se meten los extorsionadores, los 4 hermanos de la telefonista erótica, que le complican la vida. Entre medias hay una subtrama en la que Barry colecciona supones regalo de un paquete de comida de pudin para viajar en avión, aprovechándose de un error en la publicidad, lo malo es que Barry nunca ha viajado en avión. También tiene importancia en la historia un harmonio que Barry encuentra tirado en la acera, Dean Trumbell (buen Philip Seymore Hoffman), dueño de la línea erótica y Lance (correcto Luis Guzman) compañero de Barry.

Paul Thomas Anderson crea el guión inspirándose libremente en una persona real que acumuló puntos compulsivamente de cajas de un alimento para juntar puntos para poder viajar a recónditos lugares. La cinta te engancha en su mencionado sugerente inicio, un tipo en una nave industrial cuasi-vacía, lo vemos sentado a una mesa, en una esquina del lugar, con la cámara captándolo en un lateral, como marcando que es un tipo disfuncional, escucha un ruido, se levanta y camina a la gran puerta del lugar, se asoma y ve en el fondo que en la acera han dejado un harmonio, y tras pensarlo lo recoge y mete en su despacho, todo muy enigmático, luego se despliegan unas cuantas buenas posibilidades como lo de las 7 hermanas, pero lo malo es que a medida que el metraje avanza y la historia avanza el supuesto ingenio se desvanece en un mar de situaciones que discurren entre lo inane, lo surrealista y lo grotesco. Con transiciones pretenciosas fuera de lugar, como los fundidos multicolor. Los diálogos van de lo naif a lo ridículo, rozando lo insultante la palabras de amor de Barry a Lena le rompería el rostro con un bate para tener dos, o ella diciéndole que le lamería los ojos, da grima. Anderson espera que su pomposo film sea una reflexión sobre el poder curador del amor, de cómo puede redimir a las personas, pero le sale rana, quizás por dejadez, pues talento el director ha demostrado que tiene, y extraña haga una batiburrillo de ideas mal expuestas, derivando en el espectador en el desentendimiento de un film sin gracia y con aburrimiento. Es triste que Anderson no saca jugo a los buenos actores que tienen entre manos no desarrollando los matices de estos quedando en meros esbozos, Emily Watson un poco perdida sin saber muy bien que debe dar, resultando que su química con Adam Sandler es chirriante, Luis Guzmán diluido, o un Philip Seymore Hoffman que demuestra en sus pocos segundos en pantalla, y con la poca chicha que tenía que es un portento de actor. Bueno y Adfma Sandler, pues Adam Sandler es… Adam Sandler, o sea un tipo difícil de aguantar por su pésima transmisión de sentimientos, por su histrionismo, por su cara de palo, y paro que quiero se r benévolo con él.

Con todo lo mediocre que es el film hay un destello de brillantez en una escena que deja entrever el genio que lleva dentro el realizador, me refiero al lírico momento en que Lena y Barry se encuentran en el vestíbulo del hotel y los dos se funden en un abrazo y beso, los vemos en dos los vemos en una sombra mientras la gente circula a su alrededor sin hacerles caso, muy dulce.

La puesta en escena resulta a la altura de Anderson, con una estupendo trabajo en la fotografía de Robert Elswit (“Magnolia”, “The Town” o “There Will Be Blood”), con muchas escenas alargadas sin cortes, en fascinantes travellings, y sabiendo hacer visible el segundo plano donde suceden cosas relevantes, esto adornado por la música de Jon Brion (“Olvídate De Mi” o “Magnolia”), con profusión de uso del harmonio, queriendo imprimir con su peculiar sonido un aura de inadaptado a Barry, lástima que todo esto este apoyado en una historia tan destartalada.

En conjunto queda una intrascendente comedia de amor, borrón en la filmografía de Paul Thomas Anderson. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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