Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Comedia Japón, años 50. Como todos los días, los miembros de una familia se disponen a afrontar sus problemas, sueños y realidades. El padre, con los altibajos de su trabajo y las exigencias que impone la educación de los hijos. La madre, administrando los ingresos familiares y atendiendo a las múltiples complicaciones de la vida doméstica. Y los hijos obsesionados por tener televisión en casa, y uno de ellos enfrascado en sus estudios y ... [+]
23 de diciembre de 2009
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
387/15(10/12/09-26/12/20) Maravilloso retrato de la cotidianidad en el que el gran realizador japonés Yasuhiro Ozu era un maestro, dotando a sus trabajos de una humanidad sublime. Una deliciosa comedia escrita por él mismo junto a Kôgo Noda (“Cuentos de Tokio” y “Primavera tardía”), que es un remake de su propia película muda de 1932 “He nacido, pero...”, siendo la segunda película en color de Ozu.

En este film Ozu hace una radiografía en tono de comedia de una comunidad de vecinos en los suburbios de una ciudad indeterminada de Japón, centrándose en una familia de clase media con dos hijos pequeños que desean tener una tele para ver los combates de sumo y para forzar que los padres se la compren deciden no hablar más, lo cual les causa multitud de problemas, esta historia se mezcla con otras pequeñas de otros vecinos de la comunidad, en las que se pone de manifiesto que como muy acertadamente dicen los niños <Los mayores hablan y hablan sin decir nada, que si buenos días, buenas noches, que buen día hace…>, en lo que es una velada crítica a las dificultades de comunicación de la sociedad, en lo complicado que es decir las cosas importantes, muchas veces por temor a no escuchar lo que queremos.

La cinta posee un guión lleno de matices, es un derroche de sutileza, donde los pequeños detalles resultan enormes monumentos a la sencillez, y a la vez transgresor para su tiempo haciendo chistes escatológicos sobre flatulencias o lo que suele venir después (¿?). Todo esto atomizado por unas actuaciones cargadas de realismo en su humanidad.

El relato posee una puesta en escena llena de colorido, donde predominan los colores primarios para trasladar un aire de optimismo, y donde la cámara asuele estar baja, como en posición del tradicional modo de sentarse japonés, ello adornado con plano milimétricamente medidos en encuadres estéticamente sinérgicos. Los actores realizan un trabajo brillante, llamando la atención la de los niños que inundan de simpatía la pantalla.

Recomendable a los que gusten de cine profundo en medio de la cotidianidad. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow