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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Acción. Drama En Minangkabau, Sumatra del Oeste, Yuda es un habilidoso practicante del Silat Harimau. En medio de sus preparaciones finales para comenzar su “Merantau”, un rito de una centuria de antiguedad en la que los jóvenes de la comunidad deben dejar sus comodidades de su idílica villa agricultora para hacerse de un nombre en la ciudad de Jakarta. Tras una serie de inconvenientes que dejan a Yuda sin hogar e incierto de su futuro, un encuentro ... [+]
25 de marzo de 2024
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76/15(19/03/24) Solo recomendable a amantes de la acción superficial. Indagando en la filmografía del director, guionista y editor galés Gareth Huw Evans, que me ganó en su bilogía “Raid” y su secuela “Raid 2” y en la serie tv “Gangs of Londosn” creada por él mismo. Por ello he buscado en sus orígenes y me he encontrado esta “Merantau”, título derivado de la tradición Minangkabau de rito de iniciación en que un hombre deja su hogar para seguir una carrera o adquirir experiencia fuera de la aldea, cultura donde la herencia es en gran medida matriarcal. Muestra a Yuda que abandona su aldea con la esperanza de enseñar Silat (grupo de artes marciales originarias de Indonesia, las islas Filipinas y Malasia) en Yakarta, viéndose involucrado en una red de tráfico de mujeres. Siendo protagonizada la cinta por Iko Uwais, en su debut en cine, primera colaboración de las tres entre el director Evans y la que se haría estrella Uwais, este antiguo campeón nacional de Pencak Silat. También marca el debut actoral de Yayan Ruhian, a quienes Evans conoció mientras filmaban un documental en Indonesia que se convirtió en su introducción al arte marcial Pencak Silat. También cuenta con los actores Donny Alamsyah y Alex Abbad quienes, junto con Uwais y Ruhiyan, aparecerían más tarde en las películas posteriores de Evans en The Raid (2011) y The Raid 2 (2014).

Film con un argumento liviano, que tiene el pecado de tomarse demasiado en serio. Toda su ligera historia es una trivial excusa para encadenar escenas de acción cuerpo a cuerpo, peleas la mayoría me resultan nada creíbles por como el protagonista destila fuerza escasa en sus golpes y sus rivales pareciera rebotan contra un muelle gigante en el que rebotan, los movimientos me sugieren una danza muy orquestada donde deben ir cayendo ante el cuasi super héroe del prota, simplemente por acercarse a él salen despedidos hacia el infinito (igual exagero, pero así me lo parece). Me resulta pueril que apenas en este sub mundo de mafiosos, maleantes, gánsteres, asesinos y demás lumpen apenas veamos armas, no ya de fuego, es que tampoco hay siquiera cuchillos y periféricos, es una falta de respeto no se curren esto y simplemente nos cuelen que siendo muy malos estos sicarios se defienden a manos descubiertas, me chirría esto. Nunca empatizas con estos personajes cartón-piedra, te da igual lo que les pase.

Todo el elato es la eterna batalla Bien vs Mal, sin matiz alguno, sin aristas, sin grises, y ante una caterva de malos tenemos a un campesino que llega de su aldea y acaba uno por uno con los malísimos en un carrusel extenuante de combates. Tan simplista todo y sentimentaloide como que el Bueno debe salvar de las garras del Mal a un niño y una bella damisela, ello discutido de modo más plano que un folio. Donde para, supongo, hacerla más comercial en Indonesia hacen que los villanos de lo alto de esta pirámide maligna sean una pareja de europeos (Ratger y Luc), a los que de refilón dejan caer tiene una relación homo erótica. Nada más reconfortante para el nacionalismo indonesio que pensar que la maldad viene de fuera de sus fronteras y que si se lo proponen, hasta un joven campesino puede combatirlos.

El director es pretencioso en como tarda más de media hora en empezar la acción desenfrenada. Este tiempo lo dedica a presentar a su héroe y a los malos, con sus afectados, pero todo esto resulta poco estimulante, pues es un montón de clichés mil veces sobados. Cuando comienza la contienda de peleas me resultan ensayos de como se marcan los golpes y como hay que caer ante ellos, pues nunc atengo sensación alguna de veracidad. No basta con la edición de sonido para las golpizas, pues esta además me es exagerada. Lo único bueno en esto es la claridad con que asistimos a los combates, con mucho plano extendido, donde todo es diáfano, la cámara se mueve con fluidez por la acción. Hay incluso una persecución, lo mejor en nel plano de acción de la cinta, con un andamio de bambú con protagonismo, con saltos parkour por techos, con huida de una moto por callejones, pero lo malo son los insertos en slow para algunos momentos que son un tiro en el pie, como ejemplo la escena de la gran caña de bambú sobre un enemigo que cae a peso sobre ella, lo normal es que loa traviese, pero no! Rebota contra ella, cayendo desde varios metros de altura, y al caer a cámara lenta se nota el cable que sostiene al desafortunado, para colmo, como el héroe es tan bueno buenísmo, pues nunca mata a nadie, a pesar de chocar contra decenas y decenas de cuasi horcos, y vemos que el ínclito tras caer no muere. Incidiendo es toque hagiográfico del prota, denotar que apenas hay sangre en todo el metraje, anhelando seguramente ser un film para todos los públicos.

También es risible que se enfrente el Bueno a hordas de Malos y estos en vez de rodearle cual marabunta, ‘honorablemente’ se le enfrentan uno a uno, menuda estupidez. Todo para desembocar en un clímax del que esperas algo más que más de lo mismo, esperaba algo de inventiva y no un duelo simplón entre contenedores industriales. Y el colmo es que quiera Evans emocionarnos en su rush final, ridículo. Para colarnos un epílogo sonrojante en lo grimante que resulta tras lo visto.

Para lo bueno es que Gareth Evans mejoró y mucho en sus siguientes trabajos, sabiendo coger lo bueno de aquí y muy poco malo. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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