09(19/01/13) Muy divertida comedia revestida de thriller policiaco, es una buena ópera prima de John Michael McDonaugh (guionista de ‘Ned Kelly’), al que habrá que seguir de cerca, hermano de Martin McDonaugh (‘Escondidos En Brujas’), que apoya desde la producción, y que tiene su más sólido pilar en su brillante protagonista, un imponente Brendan Gleeson.
Gerry Boyle (gran Brendan Gleeson) es un sargento de policía (Guard en gales, título original) en un pueblo irlandés, disfruta de la vida a su modo, un bon vivant, bebe, grosero, racista y va de putas, se ve involucrado en una trama internacional de narcotraficantes, un cargamento de cocaína va a llegar a las costas de Connemara, esto le une al agente antidrogas del FBI Wendell Everett (buen Don Cheadle, que también produce), este es un tipo recto que choca con el extrovertido comportamiento de Gerry.

La historia no pretende ser original, es el ya muy ajado leit motive de unir a dos tipos antagónicos, primero al veterano con el novato, tras la muerte del novato, otra pareja, dos policías con métodos dispares, una buddy-movie, uno es el amante del método, el que hace lo correcto, el otro es un rudo, malhablado y alcohólico, encima uno es un blanco de una villa rural irlandesa y racista, el otro un negro estadounidense, temática ya muy manida, lo bueno aquí es el ingenioso guión del que manan situaciones, frases y diálogos inteligentes, mordaces e hilarantes. Del guión rezuma sarcasmo, cinismo, ironía, parodia del género, destila una tremenda frescura, sabiendo construir unos villanos simpáticos, sobresaliendo un espléndido Mark Strong, un filósofo estupendo, al que le faltan más minutos en pantalla. También el guión deja lugar para las señas de identidad de Irlanda, se comenta la rivalidad con Inglaterra, el catolicismo, el IRA, el alcoholismo, la música celta, a esto se le suman bellas estampas rurales de este hermoso país.

La línea argumental es solo una excusa banal para mostrarnos a un protagonista espléndido, un Brendan Gleeson que desborda la pantalla gracias al amor que el guionista y realizador ha depositado en él, un carismático tipo que ya te magnetiza desde su maravillosa presentación, ha habido un accidente de tráfico con muertos en una zona rural de la costa, hasta allí llega Gerry, se baja del auto y registra a los cadáveres, de uno de ellos saca una bolsa con pastillas de éxtasis, las tira al suelo, dejándose una para tomársela, mientras exclama <Que jodidamente bello día!>, apoteósica entrada en escena, es la incorrección política en persona. Gleeson despliega un caustico humor, nunca se sabe si es tonto o se lo hace, una delirante actuación contenida exhibiendo un humor flemático que le hace destilar ambigüedad, el contrapunto para que sepamos que tiene sentimientos lo da la relación con su madre, Eilleen (gran Fionnula Flanagan), escenas en las que Gleeson muestra gran ternura. Brendan es el amo y señor de la cinta con su agudeza, acidez, cercanía, y arrolladora personalidad. Tanto es así que al ser una trama tan liviana el portentoso actor lo engulle todo y opaca las secuencias donde no está él, baja el fuelle del ritmo.

Posee un ritmo fluido con aires a western, esto expuesto desde el inicio con los títulos de crédito y los del final, muy del spagueti, en algunas escenas de acción que recuerdan al pistolero valiente y solitario contra los villanos, esto adornado por la música de Caléxico con trompetas y cuerdas, tiene reminiscencias al Morricone de Leone, siendo esto un entrañable guiño. Asimismo detenta una gran fotografía de Larry Smith (‘Eyes Wide shut’, ‘Bronson’ o ‘Inside Job’) de patinados grises que transmiten sensación de que en cualquier momento va a llover, derivando en melancolía.

En conjunto nos queda un meritorio thriller con tono de comedia con una estrella resplandeciente, al que se le dan frases como <Soy irlandés, el racismo forma parte de mi cultura>, es una película sin más pretensión que hacerte pasar un rato ameno, y lo consigue. Fuerza y honor!!!