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Voto de TOM REGAN:
7
6,7
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Intriga. Drama
Aclamada ópera prima de un jovencísimo Bernardo Bertolucci (tenía sólo 22 años), basada en un guión de Pier Paolo Pasolini. Cerca de un parque público, en un pedregal del Tevere romano, aparece el cadáver de una prostituta. Las investigaciones de la policía se centran en el submundo romano de ladronzuelos, proxenetas y otros marginados sociales. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2021
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
102/37(29/03/21) Meritoria ópera prima del director y guionista parmesano a sus 21 años Bernardo Bertolucci, adaptando un cuento de Pier Paolo Pasolini (originalmente destinado a dirigirla, pero declinó por hacer “Mamma Roma”), en un relato poliédrico que se le llamó el “Rashomon Italiano”, por su estructura puzle, aunque Bertolucci negó haber visto la Obra Maestra de Kurosawa, ello en una narración donde el asesinato de una prostituta encontrado a orillas del Tíber es reconstruido en base unos flash-backs surgidos de los testimonios poco fiables de sospechosos a la policía. Donde el realizador deja pinceladas de su gusto que está por venir en su filmografía, con un enfoque de crítica social, retratando ambientes sórdidos, fiestas, con personajes amorales, marginales, y patéticos. Ello en una historia de aparente estilo de cine negro policiaco, pero en realidad es un fresco de un tiempo y lugar deprimentes, crónica de un día en la vida de varios personajes que pretende ser una visión geosocial de los parias de la tierra, con cabida para la meretriz, ladrones, acosadores, proxenetas, extorsionadores, o asesinos.
En su debe quedan unos personajes demasiado arquetípicos, donde no hay lugar a sutilezas, todo es subrayado, las actuaciones resultan entre planas e histriónicas (los intérpretes eran amateurs), y la resolución me queda abrupta, sin capacidad incisiva. Aun así, una obra estimable, entretenida que te deja buen sabor de boca en el modo sugestivo de ir hilando historias ingeniosas.
Una prostituta (Wanda Rocci) ha sido asesinada en un parque de Roma. La policía ha lanzado su red por todas partes en busca de pistas, mientras que la voz incorpórea de la ley entrevistan a posibles testigos y sospechosos que podrían haber visto cualquier cosa. Para hacer las cosas más difíciles, los entrevistados no son exactamente francos. Partiendo de Luciano (Francesco Ruiu), quien recibió una recomendación de trabajo de un par de sacerdotes, pero este se une a sus amigos Nino (Giancarlo De Rosa) y Sindaco (Vincenzo Ciccora), mientras intentan robar a parejas distraídas en el parque. Bostelli (Alfredo Leggi) es un ex delincuente que aparentemente se ha vuelto formal, pero aún engaña a su esposa Esperia (Gabriella Giorgelli) con quien maneja una estafa.
Tiene un comienzo sugerente que puede haber influido al de la lynchiana “Blue Velvet” (1986), donde la cámara se mueve de modo bucólico por un campo de hierba junto a un río, hasta que llegamos a un cuerpo muerto de una mujer tendido sobre el suelo, y el objetivo se congela sobre el cadáver mientras pasan los créditos. Tras lo que comienza la estructura en base a set-pieces conformados por los bloques de interrogatorios policiales (fuera de campo) a sospechosos/testigos, comenzando por un joven que dice ir a buscar trabajo por recomendación clerical, y en realidad se reúne con unos ‘perlas’ de amigotes para ir a robar cual descuideros a parejas amatorias del parque; Hay un mujeriego que engaña a sus novias para sacarles la plata; Un soldado (Alfred Midgette) que alegre aborda (en un tramo silente, rodado cual cámara oculta, donde hablan por sí solas las imágenes) a varias mujeres por la calle y termina alguna abofeteándole; Dos jóvenes pasan una jubilosa tarde con dos muchachas, con canto incluido en señal de felicidad, pero que terminan necesitando dinero para la siguiente cita; Cada segmento es separado cual afiche por una tormenta desde una visión diferente, tras lo que vemos una y otra vez levantarse de la cama a la prostituta que morirá esa noche. Curiosamente en la primera edición de Bertolucci, esta escena matutina, originalmente concebida en una toma completa, se repetía en su totalidad cada vez que ocurría la tormenta, pero su productor finalmente lo persuadió de que sacaría al público del teatro.
Es un relato que rezuma violencia atávica por todas partes, late en el ambiente, en las discusiones, ello generando tensión climática constante, ello potenciado por el modo de filmar los rostros ajados. Esto mezclado con los deseos sexuales, todas las subtramas destilan lujuria, en los ladrones que asaltan a gente que tiene relaciones en el parque, el mujeriego que es infiel a su esposa, el soldado que anhela poder acostarse con cualquier mujer, los amigos que tienen una tarde bucólica con dos jóvenes que esperan sea en el futuro algo más, y estos terminan enredados con un gay que los toma por chaperos, o por supuesto la asesinada prostituta, ejemplo claro del deseo sexual vacío.
Tiene una puesta en escena buena, en su función de trasladarnos un estado de ánimo, en este caso pesaroso, siendo el epicentro de la narración el Parque Paolino now Schuster-Roma, filtrado por la notable cinematografía en glorioso b/n de Giovanni Narzisi, con dramáticos contrastes de grises cercanos al neorrealismo italiano, con enfatizantes zooms, con sutiles fuera de campo, con travellings, muy buena labor para estar a los mandos un debutante de 21 añitos Bertolucci.
En su debe quedan unos personajes demasiado arquetípicos, donde no hay lugar a sutilezas, todo es subrayado, las actuaciones resultan entre planas e histriónicas (los intérpretes eran amateurs), y la resolución me queda abrupta, sin capacidad incisiva. Aun así, una obra estimable, entretenida que te deja buen sabor de boca en el modo sugestivo de ir hilando historias ingeniosas.
Una prostituta (Wanda Rocci) ha sido asesinada en un parque de Roma. La policía ha lanzado su red por todas partes en busca de pistas, mientras que la voz incorpórea de la ley entrevistan a posibles testigos y sospechosos que podrían haber visto cualquier cosa. Para hacer las cosas más difíciles, los entrevistados no son exactamente francos. Partiendo de Luciano (Francesco Ruiu), quien recibió una recomendación de trabajo de un par de sacerdotes, pero este se une a sus amigos Nino (Giancarlo De Rosa) y Sindaco (Vincenzo Ciccora), mientras intentan robar a parejas distraídas en el parque. Bostelli (Alfredo Leggi) es un ex delincuente que aparentemente se ha vuelto formal, pero aún engaña a su esposa Esperia (Gabriella Giorgelli) con quien maneja una estafa.
Tiene un comienzo sugerente que puede haber influido al de la lynchiana “Blue Velvet” (1986), donde la cámara se mueve de modo bucólico por un campo de hierba junto a un río, hasta que llegamos a un cuerpo muerto de una mujer tendido sobre el suelo, y el objetivo se congela sobre el cadáver mientras pasan los créditos. Tras lo que comienza la estructura en base a set-pieces conformados por los bloques de interrogatorios policiales (fuera de campo) a sospechosos/testigos, comenzando por un joven que dice ir a buscar trabajo por recomendación clerical, y en realidad se reúne con unos ‘perlas’ de amigotes para ir a robar cual descuideros a parejas amatorias del parque; Hay un mujeriego que engaña a sus novias para sacarles la plata; Un soldado (Alfred Midgette) que alegre aborda (en un tramo silente, rodado cual cámara oculta, donde hablan por sí solas las imágenes) a varias mujeres por la calle y termina alguna abofeteándole; Dos jóvenes pasan una jubilosa tarde con dos muchachas, con canto incluido en señal de felicidad, pero que terminan necesitando dinero para la siguiente cita; Cada segmento es separado cual afiche por una tormenta desde una visión diferente, tras lo que vemos una y otra vez levantarse de la cama a la prostituta que morirá esa noche. Curiosamente en la primera edición de Bertolucci, esta escena matutina, originalmente concebida en una toma completa, se repetía en su totalidad cada vez que ocurría la tormenta, pero su productor finalmente lo persuadió de que sacaría al público del teatro.
Es un relato que rezuma violencia atávica por todas partes, late en el ambiente, en las discusiones, ello generando tensión climática constante, ello potenciado por el modo de filmar los rostros ajados. Esto mezclado con los deseos sexuales, todas las subtramas destilan lujuria, en los ladrones que asaltan a gente que tiene relaciones en el parque, el mujeriego que es infiel a su esposa, el soldado que anhela poder acostarse con cualquier mujer, los amigos que tienen una tarde bucólica con dos jóvenes que esperan sea en el futuro algo más, y estos terminan enredados con un gay que los toma por chaperos, o por supuesto la asesinada prostituta, ejemplo claro del deseo sexual vacío.
Tiene una puesta en escena buena, en su función de trasladarnos un estado de ánimo, en este caso pesaroso, siendo el epicentro de la narración el Parque Paolino now Schuster-Roma, filtrado por la notable cinematografía en glorioso b/n de Giovanni Narzisi, con dramáticos contrastes de grises cercanos al neorrealismo italiano, con enfatizantes zooms, con sutiles fuera de campo, con travellings, muy buena labor para estar a los mandos un debutante de 21 añitos Bertolucci.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hay momentos que visualmente dejan huella (aparte de losw ya mencionados): En la sub historia de los dos amigos, Francolicchio (Alvaro D'Ercole) y Pipito (Romano Labate) que tiene una entusiasmada tarde con dos chicas, y uno de ellos durante la cita doble acaba cantando extasiado a capela, tumbado lo toma la cámara en una cercamiento vigoroso, mientras las jóvenes bailan, ejemplo de la Felicidad juvenil y el candor; También es líricamente turbadora la escena del soldado que tras impetuoso intentar ‘conquistar’ con artes penosas a varias mujeres por la calle, acaba en un túnel solo esperando a que pare la tormenta del exterior, mientras en el fondo hay varias mujeres esperando lo mismo, y él las mira triste, al final, por la noche el joven soldado acaba sentado durmiendo solo en un banco del parque; Pipito y Francolicchio huyen de su perseguidor (¿?), el segundo intenta cruzar el Tíber, y Pipito frustrado porque lo haya dejado en tierra le grita en la distancia y este le responde desesperado llevado por la corriente ‘No sé nadar!’.
Spoiler:
El flashback final muestra el asesinato de la prostituta por un hombre con zuecos que había sido interrogado previamente y que finalmente en un baile es detenido cual bestia resistiéndose.
En 1961 Pasolini realizó su primer largometraje, Accattone, la historia de un joven disoluto que abandona a su familia y recurre a delitos menores, con resultados fatales. Inmediatamente, estableció una firma muy personal: un estilo visual aplanado cercano a los frescos de Masaccio, un amor por los no actores arrancado de la vida y una ausencia total de moralidad y gusto burgueses. Rechazando tradiciones pasadas, Pasolini se estaba inventando un lenguaje fílmico para sí mismo. Y su asistente en Accattone fue Bernardo Bertolucci, de veinte años, quien ha dicho en muchas ocasiones que fue como estar presente “en el nacimiento del cine”. Su estrecha amistad traería sus recompensas. Aunque Bertolucci era un cinéfilo ardiente y había comenzado a hacer una serie de películas amateur con su familia y amigos a los quince años, sus precoces dotes como poeta sugerían un futuro alternativo. En 1962 ganó un prestigioso premio por una colección de poesía con el título In cerca del misterio (En busca del misterio). Pero al mismo tiempo, por recomendación de Pasolini, autor de la historia original, comenzó a escribir el guión de La commare secca. Impresionado por el éxito de Accattone, el productor Antonio Cervi había adquirido los derechos de la propiedad con la esperanza de que el propio Pasolini dirigiera, pero el decidido poeta prefirió hacer de Mamma Roma su próximo largometraje. También fue asignado para trabajar en el guión de La commare secca Sergio Citti, un colaborador frecuente de Pasolini que tenía un conocimiento personal de la vida en los barrios bajos romanos y el dialecto local. Cervi quedó lo suficientemente impresionado por su trabajo como para sugerir que, en lugar de buscar un director en otra parte, la tarea debería ir a Bertolucci, una oferta a la que no pudo resistirse. El título La commare secca proviene de una cita que aparece al final de la película: “E giu la commaraccia secca de strada Giulia arza e rampino”, que se puede traducir como,“Y ya el flaco cotilleo de Giulia Street levanta su guadaña ”. Fue utilizado por Pasolini en su novela Ragazzi di vitay fue tomado de un soneto del poeta del siglo XIX Giuseppe Giocchino Belli, quien escribió sus versos blasfemos y obscenos en dialecto romano.
Me queda un debut de Bertolucci que apuntaba buenas maneras, aun con sus taras. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
El flashback final muestra el asesinato de la prostituta por un hombre con zuecos que había sido interrogado previamente y que finalmente en un baile es detenido cual bestia resistiéndose.
En 1961 Pasolini realizó su primer largometraje, Accattone, la historia de un joven disoluto que abandona a su familia y recurre a delitos menores, con resultados fatales. Inmediatamente, estableció una firma muy personal: un estilo visual aplanado cercano a los frescos de Masaccio, un amor por los no actores arrancado de la vida y una ausencia total de moralidad y gusto burgueses. Rechazando tradiciones pasadas, Pasolini se estaba inventando un lenguaje fílmico para sí mismo. Y su asistente en Accattone fue Bernardo Bertolucci, de veinte años, quien ha dicho en muchas ocasiones que fue como estar presente “en el nacimiento del cine”. Su estrecha amistad traería sus recompensas. Aunque Bertolucci era un cinéfilo ardiente y había comenzado a hacer una serie de películas amateur con su familia y amigos a los quince años, sus precoces dotes como poeta sugerían un futuro alternativo. En 1962 ganó un prestigioso premio por una colección de poesía con el título In cerca del misterio (En busca del misterio). Pero al mismo tiempo, por recomendación de Pasolini, autor de la historia original, comenzó a escribir el guión de La commare secca. Impresionado por el éxito de Accattone, el productor Antonio Cervi había adquirido los derechos de la propiedad con la esperanza de que el propio Pasolini dirigiera, pero el decidido poeta prefirió hacer de Mamma Roma su próximo largometraje. También fue asignado para trabajar en el guión de La commare secca Sergio Citti, un colaborador frecuente de Pasolini que tenía un conocimiento personal de la vida en los barrios bajos romanos y el dialecto local. Cervi quedó lo suficientemente impresionado por su trabajo como para sugerir que, en lugar de buscar un director en otra parte, la tarea debería ir a Bertolucci, una oferta a la que no pudo resistirse. El título La commare secca proviene de una cita que aparece al final de la película: “E giu la commaraccia secca de strada Giulia arza e rampino”, que se puede traducir como,“Y ya el flaco cotilleo de Giulia Street levanta su guadaña ”. Fue utilizado por Pasolini en su novela Ragazzi di vitay fue tomado de un soneto del poeta del siglo XIX Giuseppe Giocchino Belli, quien escribió sus versos blasfemos y obscenos en dialecto romano.
Me queda un debut de Bertolucci que apuntaba buenas maneras, aun con sus taras. Fuerza y honor!!!