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Voto de TOM REGAN:
7
8,2
43.404
Serie de TV. Animación. Intriga. Fantástico. Thriller
Serie de TV (2006-2007). 37 episodios. Death Note cuenta la historia sobre un joven llamado Yagami Light. Un aburrido día de clase ve caer un cuaderno negro en el patio de su escuela, titulado Death Note. Según las instrucciones escritas en el mismo cuaderno, aquella persona cuyo nombre sea escrito en dicho cuaderno, morirá. En un principio se cree que es una de esas estúpidas cadenas... pero “Kira”, como será reconocido por las masas, ... [+]
17 de abril de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
70/10(13/04/17) Irregular manga que va de muy (pero muy más) a menos, con arranque de episodios poderoso, de los que te dejan queriendo más y más electrizante, fascinante, obsesivo, cautivador, con ideas frescas y originales, con un binomio de antagonistas vibrante en su duelo de inteligencias, componiendo situaciones tensas y sugerentes, ello en un increscendo subyugante, pero entonces en el episodio 15 se produce una catarsis que estropea bastante, produce bajón un recurso rebuscado y demasiado alambicado (spoiler), para ya en el 25 producirse una implosión autodestructiva (spoiler), que hace que la serie languidezca. Escrita por Tsugumi Ohba e ilustrado por Takeshi Obata, publicado como comic por primera vez en la revista japonesa de manga Weekly Shonen Jump publicado por Shueisha en diciembre de 2003 hasta mayo del 2006, desde entonces, la serie ha tenido en Japón con un total de 108 capítulos, dirigida por Tetsurō Araki y animada por Madhouse, en su traspaso catódico son 37 capítulos, con una duración de apenas 20 minutos, serie con una visión adulta, en la que se plantean dilemas morales, donde se reflexiona sobre los límites entre justicia y justiciero.
Light Yagami es un inteligente estudiante de secundaria que descubre el "Death Note", un cuaderno que mata a cualquier persona cuyo nombre está escrito en él, siempre y cuando el escritor ha visto la cara de esa persona. Después de experimentar con el bloc de notas, Light se encuentra con el Shinigami Ryuk (un ser enorme de otro mundo), el propietario original del cuaderno, que lanzó su cuaderno a la Tierra por aburrimiento. Light le cuanta a Ryuk su plan de gobernar como un dios sobre un nuevo mundo libre de criminales, donde sólo las personas que estime conveniente para vivir moralmente permanecerán. Las acciones de Kira (sobrenombre de Light) capta la atención de la Interpol y el detective mundialmente conocido "L", estableciéndose el investigador un grupo para atrapar a Kira, en el que estará el padre de Kira, Soichiro, un veterano agente policial. Más adelante tendrá importancia un ídolo musical juvenil, la histriónica Misa Amane.
Como he dicho la serie se inicia de modo sugestivo, componiendo un universo de fantasía imaginativa-gótica, sustentándolo en unas reglas que son unos sólidos cimientos para no caer en el caos, ello tratando temas profundo que te harán plantearte que harías tú en el caso del protagonista, hablando sobre el libre albedrío, sobre el tomar la justicia por nuestra mano, sobre jugar a ser Dioses, sobre si el fin justifica los medios, sobre la corrupción a que puede llevar tener un gran poder, y sobre todo la confrontación compleja y ambigua entre libertad y seguridad, todo enmarcado en un relato trepidante, con jugosos giros argumentales, creando una atmósfera densa, con personajes sombríos, donde la eterna lucha entre el Bien y el Mal, queda un poco difusa por el carácter de los contendientes que pueden conllevar este apelativo, pues villano y héroe es algo indeterminado y donde el que el público debe definir según su posición moral. Y es que ambos, Light y L, son su enfrentamientos son el sabor de esta serie, el corazón que hace que el espectador lata con ellos y sus pulsaciones de juegos del gato y el ratón, donde cada uno cree ser más inteligente que el otro. Son sus dos acusadas personalidades las que dan sentido a los episodios, su choque de tira y afloja constante. Light es apuesto, viste elegante, es misántropo con evidentes síntomas de narcisismo, egocentrismo, arrogancia mental (cual mono), sufre de ataraxia (falta de sentimientos), y en el otro lado del ring, un tipo de apariencia disfuncional, desaliñado en su vestimenta, encorvado en su pose, extraño en su modo de sentarse, la forma de coger los objetos, su adicción a la glucosa, y los dos llegando hasta el límite en sus laberintos intelectuales para vencer al otro, trufando los episodios con su voz en off en alegorías visuales vistosas, con estrategias retorcidas con la que se golpean metafóricamente, llegando esto en punto que de tanto rizar el rizo puede llegar a saturar, siendo en algún caso complicado estos tejemanejes, siendo esto un problema el llegar a tanta redundancia petulante que carga al espectador; asimismo es reseñable el shinigami Ryuk, carismático, divertido, mordaz, juguetón, un ciclón en sus maneras.
Taras (aparte de la mencionada arriba): Me falta algún cuestionamiento moral en Light, alguna duda o inseguridad, demasiado claro lo que tiene que hacer, lo cual lo aleja de ser de carne y hueso y lo acerca al cliché plano, edificando un mundo en su mente de buenos y estorbos, donde el gris no existe, algo que una persona inteligente, él se tiene por ello, debería plantearse en algún momento; asimismo me falta saber algo del pasado de Light para intentar dar alguna base a ese afán justiciero, no de que de buenas a primeras se convierte en un semi-Dios con una mentalidad sociópata, adolece de deux machine para su comportamiento, esto hubiera dado solidez al personaje y menos acartonamiento; Los secundarios dejan mucho que desear, el grupo de perseguidores de Kira resulta bastante chusco en sus dotes detectivescas, incluso con uno de ellos (ni me acuerdo del nombre) que resulta cargante por su mentalidad aniñada-gritona; Hay momentos en los episodios se notan excesivos en su regurgitación de los que vemos, contando en off hechos más que evidentes, alargando el metraje sin más sentido aparente que rellenar los minutos, con unos monólogos que en algún caso hastía en su petulancia y nadería; Está el insufrible personaje de Misa, el Jar Jar Binks de la serie, un chirriante rol que desbarra con su comportamiento ñoño, cursi, sobreactuado, una jartible que hace que cada una de sus presencias sea un lastre insoportable, teniendo una importancia en los capítulos que son un tiro en el pie imperdonable;... (sigue en spoiler)
Light Yagami es un inteligente estudiante de secundaria que descubre el "Death Note", un cuaderno que mata a cualquier persona cuyo nombre está escrito en él, siempre y cuando el escritor ha visto la cara de esa persona. Después de experimentar con el bloc de notas, Light se encuentra con el Shinigami Ryuk (un ser enorme de otro mundo), el propietario original del cuaderno, que lanzó su cuaderno a la Tierra por aburrimiento. Light le cuanta a Ryuk su plan de gobernar como un dios sobre un nuevo mundo libre de criminales, donde sólo las personas que estime conveniente para vivir moralmente permanecerán. Las acciones de Kira (sobrenombre de Light) capta la atención de la Interpol y el detective mundialmente conocido "L", estableciéndose el investigador un grupo para atrapar a Kira, en el que estará el padre de Kira, Soichiro, un veterano agente policial. Más adelante tendrá importancia un ídolo musical juvenil, la histriónica Misa Amane.
Como he dicho la serie se inicia de modo sugestivo, componiendo un universo de fantasía imaginativa-gótica, sustentándolo en unas reglas que son unos sólidos cimientos para no caer en el caos, ello tratando temas profundo que te harán plantearte que harías tú en el caso del protagonista, hablando sobre el libre albedrío, sobre el tomar la justicia por nuestra mano, sobre jugar a ser Dioses, sobre si el fin justifica los medios, sobre la corrupción a que puede llevar tener un gran poder, y sobre todo la confrontación compleja y ambigua entre libertad y seguridad, todo enmarcado en un relato trepidante, con jugosos giros argumentales, creando una atmósfera densa, con personajes sombríos, donde la eterna lucha entre el Bien y el Mal, queda un poco difusa por el carácter de los contendientes que pueden conllevar este apelativo, pues villano y héroe es algo indeterminado y donde el que el público debe definir según su posición moral. Y es que ambos, Light y L, son su enfrentamientos son el sabor de esta serie, el corazón que hace que el espectador lata con ellos y sus pulsaciones de juegos del gato y el ratón, donde cada uno cree ser más inteligente que el otro. Son sus dos acusadas personalidades las que dan sentido a los episodios, su choque de tira y afloja constante. Light es apuesto, viste elegante, es misántropo con evidentes síntomas de narcisismo, egocentrismo, arrogancia mental (cual mono), sufre de ataraxia (falta de sentimientos), y en el otro lado del ring, un tipo de apariencia disfuncional, desaliñado en su vestimenta, encorvado en su pose, extraño en su modo de sentarse, la forma de coger los objetos, su adicción a la glucosa, y los dos llegando hasta el límite en sus laberintos intelectuales para vencer al otro, trufando los episodios con su voz en off en alegorías visuales vistosas, con estrategias retorcidas con la que se golpean metafóricamente, llegando esto en punto que de tanto rizar el rizo puede llegar a saturar, siendo en algún caso complicado estos tejemanejes, siendo esto un problema el llegar a tanta redundancia petulante que carga al espectador; asimismo es reseñable el shinigami Ryuk, carismático, divertido, mordaz, juguetón, un ciclón en sus maneras.
Taras (aparte de la mencionada arriba): Me falta algún cuestionamiento moral en Light, alguna duda o inseguridad, demasiado claro lo que tiene que hacer, lo cual lo aleja de ser de carne y hueso y lo acerca al cliché plano, edificando un mundo en su mente de buenos y estorbos, donde el gris no existe, algo que una persona inteligente, él se tiene por ello, debería plantearse en algún momento; asimismo me falta saber algo del pasado de Light para intentar dar alguna base a ese afán justiciero, no de que de buenas a primeras se convierte en un semi-Dios con una mentalidad sociópata, adolece de deux machine para su comportamiento, esto hubiera dado solidez al personaje y menos acartonamiento; Los secundarios dejan mucho que desear, el grupo de perseguidores de Kira resulta bastante chusco en sus dotes detectivescas, incluso con uno de ellos (ni me acuerdo del nombre) que resulta cargante por su mentalidad aniñada-gritona; Hay momentos en los episodios se notan excesivos en su regurgitación de los que vemos, contando en off hechos más que evidentes, alargando el metraje sin más sentido aparente que rellenar los minutos, con unos monólogos que en algún caso hastía en su petulancia y nadería; Está el insufrible personaje de Misa, el Jar Jar Binks de la serie, un chirriante rol que desbarra con su comportamiento ñoño, cursi, sobreactuado, una jartible que hace que cada una de sus presencias sea un lastre insoportable, teniendo una importancia en los capítulos que son un tiro en el pie imperdonable;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... L sostiene sus indagaciones en un tsunami de corazonadas un tanto cogidas por los pelos, sin pruebas tangibles, hay que otorgarle patente de corso en esta licencias un tanto forzadas; Hay más pero las colocaré en spoiler, sobre todo tienen que ver con dos momentos que hacen la serie tropiece consigo misma, haciendo que piense que igual la serie debió acabar mucho antes, y para colmo un final atrompicado y bastante indigno para los protagonistas.
Spoiler:
La serie comenzó a desbarrar en el episodio 16, cuando Kira despliega un esperpéntico plan renunciando al cuaderno con ello perdería sus recuerdos de él, pero en su perversa mente estaba en que volvería a recuperarlo, ello además apoyándose en el jartible de Misa, todo un torbellino de agujeros y lagunas narrativas que no sostiene mínimo análisis, perdiendo atractivo la serie, el incisivo duelo de mentes privilegiadas desaparece a favor de ir detrás de una corporación empresarial, haciendo aguas lo que era el núcleo del metraje; Más adelante el críptico plan de Light por supuesto sale bien, y todo acaba en otra catarsis de las que ya no tiene sentido continúen los episodios, por supuesto me refiero al capítulo 25, en el que muere de un modo bello y lírico L, escuchando las campanas (de la muerte) a lo lejos, creando unos minutos emocionantes y dramáticos por el espectador estar empatizado por L, pero tras este crucial episodio la serie decide continuar, se reinventa de modo bufo, re-copiando a L en N, al que hay que ponerle otra manía, en este caso su infantilismo gusto por los juegos y muñecos de niños, sintiéndonos (por lo menos yo) estafado, pues donde estaba este N todo el tiempo? aparece de la nada, cual reencarnación chusca de L, estirándose la trama de modo artificioso, con aparición de nuevos personajes, con guiones harto chirriantes, con situaciones que no aguantan revisión, ejemplo el caótico juego de cámaras y micros secretos que quito y pongo a mi antojo; Y para colmo su final, con ese juego rebuscado de cuadernos falsos y verdaderos y viceversa y al revés y … con lo que el espectador (o sea yo) termina por desconectar, haciéndonos ver a Light torpón y sin calma (todo lo contrario que había sido hasta entonces, frio y Calculador) delatándose cual niño, llegando todo a ver a un L llorón e histérico que destroza la coherencia en que había sido descrito hasta entonces de metódico y asentimental, pero no suficiente con esto el que lo acribilla es el tipo (sigo sin acordarme de su nombre) irritante del grupo, un tropel de sin sentidos que dañan mucho lo mucho bueno de la primera quincena de capítulos; Por lo menos está bien que sea el shinigami Ryuk el que lo apunte en el cuaderno (justicia poética), en los primeros capítulos Ryuk se lo dijo "Morirás cuando escriba tu nombre en mi cuaderno”.
La puesta en escena resulta apreciable en el diseño de los escenarios, jugando con muchas dosis de idealizados duelos, tocando el expresionismo gótico en muchos tramos, destacando el diseño imaginativo de los shinigamis por obra del ilustrador Takeshi Obata, aunque también adolece de un exceso de imágenes congeladas con zoom. La música de la serie sobresale por su tema de apertura ultra heavy-metal, fuera de lugar y estridente, la música que acompaña la acción si está muy bien con sus resonancias místicas de melodías de coros en algunos casos sumados a los hechos estremecedoras compuestas por Yoshihisa Hirano y Hideki Taniuchi.
Muy bonito el episodio 25, muy lírico, la última charla entre L y Light, L bajo la lluvia como aceptando su muerte como un sacrificio, y por supuesto el modo en que muere, oyendo segundos antes las campanas de su hogar, ello mientras sus pupilas de sus ojerosos ojos se dilantan, trémulo.
En conjunto, sumado lo bueno y malo la tildo de recomendable, pues sus valores positivos son muchos, aunque sus defectos sean un contrapeso sensible. Fuerza y honor!!!
Spoiler:
La serie comenzó a desbarrar en el episodio 16, cuando Kira despliega un esperpéntico plan renunciando al cuaderno con ello perdería sus recuerdos de él, pero en su perversa mente estaba en que volvería a recuperarlo, ello además apoyándose en el jartible de Misa, todo un torbellino de agujeros y lagunas narrativas que no sostiene mínimo análisis, perdiendo atractivo la serie, el incisivo duelo de mentes privilegiadas desaparece a favor de ir detrás de una corporación empresarial, haciendo aguas lo que era el núcleo del metraje; Más adelante el críptico plan de Light por supuesto sale bien, y todo acaba en otra catarsis de las que ya no tiene sentido continúen los episodios, por supuesto me refiero al capítulo 25, en el que muere de un modo bello y lírico L, escuchando las campanas (de la muerte) a lo lejos, creando unos minutos emocionantes y dramáticos por el espectador estar empatizado por L, pero tras este crucial episodio la serie decide continuar, se reinventa de modo bufo, re-copiando a L en N, al que hay que ponerle otra manía, en este caso su infantilismo gusto por los juegos y muñecos de niños, sintiéndonos (por lo menos yo) estafado, pues donde estaba este N todo el tiempo? aparece de la nada, cual reencarnación chusca de L, estirándose la trama de modo artificioso, con aparición de nuevos personajes, con guiones harto chirriantes, con situaciones que no aguantan revisión, ejemplo el caótico juego de cámaras y micros secretos que quito y pongo a mi antojo; Y para colmo su final, con ese juego rebuscado de cuadernos falsos y verdaderos y viceversa y al revés y … con lo que el espectador (o sea yo) termina por desconectar, haciéndonos ver a Light torpón y sin calma (todo lo contrario que había sido hasta entonces, frio y Calculador) delatándose cual niño, llegando todo a ver a un L llorón e histérico que destroza la coherencia en que había sido descrito hasta entonces de metódico y asentimental, pero no suficiente con esto el que lo acribilla es el tipo (sigo sin acordarme de su nombre) irritante del grupo, un tropel de sin sentidos que dañan mucho lo mucho bueno de la primera quincena de capítulos; Por lo menos está bien que sea el shinigami Ryuk el que lo apunte en el cuaderno (justicia poética), en los primeros capítulos Ryuk se lo dijo "Morirás cuando escriba tu nombre en mi cuaderno”.
La puesta en escena resulta apreciable en el diseño de los escenarios, jugando con muchas dosis de idealizados duelos, tocando el expresionismo gótico en muchos tramos, destacando el diseño imaginativo de los shinigamis por obra del ilustrador Takeshi Obata, aunque también adolece de un exceso de imágenes congeladas con zoom. La música de la serie sobresale por su tema de apertura ultra heavy-metal, fuera de lugar y estridente, la música que acompaña la acción si está muy bien con sus resonancias místicas de melodías de coros en algunos casos sumados a los hechos estremecedoras compuestas por Yoshihisa Hirano y Hideki Taniuchi.
Muy bonito el episodio 25, muy lírico, la última charla entre L y Light, L bajo la lluvia como aceptando su muerte como un sacrificio, y por supuesto el modo en que muere, oyendo segundos antes las campanas de su hogar, ello mientras sus pupilas de sus ojerosos ojos se dilantan, trémulo.
En conjunto, sumado lo bueno y malo la tildo de recomendable, pues sus valores positivos son muchos, aunque sus defectos sean un contrapeso sensible. Fuerza y honor!!!