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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama Un adolescente de Philadelphia siente una gran pasión por los pájaros. Esta afición desata en él un deseo irresistible de aprender a volar, un interés que lo lleva incluso a apartarse del mundo y a hacer diversos experimentos, algunos de los cuales ponen en peligro su vida. El mejor amigo de "Birdy" es Al, el prototipo de joven sano y normal. Los dos intervienen en la guerra del Vietnam, de la que "Birdy" vuelve convencido de que es un pájaro. (FILMAFFINITY) [+]
10 de febrero de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
46/11(09/02/21) Sobrevalorado drama (por la mayoría de críticas que he leído y escuchado), el continente supera en mucho en contenido, unas secuencias muy poéticas visualmente pero sin andamiaje para que me mueva a emocionalmente, sin cimientos para que me importe lo que les pasa a los protagonistas, film que pretende mucho (pero mucho) más de lo que consigue. Dirige el londinense Alan Parker, adaptando la novela homónima de William Wharton, guionizada por Sandy Kroopf y Jack Behr (decidieron establecer la historia durante la Guerra de Vietnam, a diferencia de la novela, que se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial), para un relato ambientado en la década de 1960 en Filadelfia (Pensilvania), centrado en la amistad entre dos adolescentes (aparentan mucho más), Birdy (Matthew Modine) y Al Columbato (un Nicolas Cage Cage que perdió 15 libras y le sacaron dos de sus dientes frontalespara su rol). Un relato extraño con el núcleo en el retrato de personalidad con epicentro en la convulsa mente de un muchacho obsesionado con los pájaros, ello en un crescendo que en el presente lo vemos en un psiquiátrico creyéndose un ave, pero esto me resulta impostado, sin base, por imperativo del guión, sin motivaciones, no lo vemos que tenga una existencia asfixiante parta intentar huir de este mundo volando, ansiando esta libertad. Siendo el personaje de Cage un apoyo un tanto secundario, no se sabe porque es amigo de este raro chico incapaz (de por ejemplo) sentir nada con el cuerpo desnudo de una mujer, tampoco sabemos si es homosexual (igual es esto, que busca su identidad sexual). Tratando temas como la amistad, las obsesiones patológicas, el trastorno de estrés post traumático, donde se nos mete con calzador el ‘cáncer’ de la guerra, todo ello en una mezcla irregular con más ínfulas que solidez. La película se destaca por ser la primera en ser filmada parcialmente con Skycam, sistema de cámara controlado por computadora creado por el inventor de Steadicam, Garrett Brown. La partitura fue escrita, coproducida y compuesta por el cantante y compositor inglés Peter Gabriel, y marcó su primer trabajo en un largometraje.

La historia se presenta en flashbacks, donde en el presente Al Columbato (Nicolas Cage) es un veterano de la Guerra del Vietnam, con el rostro destrozado y vendado por una explosión, que encuentra al antiguo amigo de su barrio, Birdy (Matthew Modine) recluido en un psiquiátrico militar en estado catatónico, y Al intentará hacerlo hablar mediante los recuerdos de su pasado, entonces entramos en los varios flash-backs donde conoceremos como nace y crece la amistad entre los dos, estando siempre en el centro la fascinación de Birdy por los pájaros y por volar. Pero esto que sobre el papel resulta estimulante, sobre los fotogramas me ha sido artificioso, manufacturado, sin hondura, con mucho estilo estético, pero todo lo siento pre-fabricado, sin nada detrás que nos haga entender el comportamiento enfermizo de Birdy.

Historia narrada en dos tiempos, por un lado el pasado, donde como he dicho, todo lo referente a la ‘pájaro-manía’ me suena ha surgido de la nada, vemos a Birdy y ya está hechizado por las aves, porque? Pues por que sí! Tiene una amistad nada verosímil Birdy con Al, muchacho jovial, simpático y mujeriego, donde es este es el único que expone, Birdy es el macho Alfa en esta relación, todo gira alrededor de él, sintiéndome estos segmentos salpicados del pasado como viñetas de anécdotas, que van marcando de modo atropellado y apresurado el descenso a la demencia ‘pajaril’, donde el protagonista que da título al film es capaz de eyacular soñando que ha volado pero no siente nada ante el sensual cuerpo femenino (¿?). Birdy engendra un amor por los pájaros que los lleva a crear un ejército de palomas que domará, extrayéndolas de lugares no aptos a gente con vértigo (la escena en que cae a un montón de arena resulta penosa en el modo en que se repite a cámara lenta varias veces, puaj!), crea en su dormitorio una gran pajarera, duerme en ella, y hasta se excita sexualmente soñando con volar. Con secuencias que no se sabe que aportan más que rellenar porque sí, ejemplo la set-piece de la caza de perros. En el rush final de los flash-backs nos cuelan unas precarias secuencias de la Guerra del Vietnam, parecen pedir perdón por lo mal escenificadas que están, dan lástima en su frugalidad, aparte del histrionismo de todos los que intervienen que llega a dar dentera. Y es que parecen querer decirnos que las taras mentales de Birdy provioenen de la Guerra, y esto está cogido con pinzas, pues ya lo habíamos visto antes y su procedcer es carne de psiquiátrico, solo ha faltado que lo veamos aparearse con un gorrión (¿?); La parte en el presente acontece en el manicomio, y todo se siente reiterativo, repetitivo, alargado sin aportar más que alguna imagen turbadora de Birdy desnudo en postura de pájaro, resto resulta un diálogo de besugos entre al y Birdy, con el añadido grimante de una enfermera que se deja meter mano por Al, porque? Pues porque si! Para llegar a un rush final tan metido con calzador como el resto. Para desembocar en un final ridículo que parece reírse del espectador.

De la puesta en escena destaca con mucho la fenomenal cinematografía de Michael Seresin (“El corazón del ángel” o “City Hall”), creando imágenes de un poder perturbador en su belleza lírica-onírica, con encuadres preciosos, con una manejo de la luz prodigioso, con juegos de sombras, todo un caudal visual, lástima que esté al servicio de un producto tan pretencioso que no es capaz de cubrir los talones que firma; Cabe incluso mencionar que la música compuesta por el inglés Peter Gabriel resulta machacona, suena a destiempo, intenta manipularte arteramente con sonido de tambores machacones.

Podría hablar de la intensidad interpretativa de Matthew Modine, o de la energía vitalista de Nicolas Cage en sus actuaciones, pero con la decepción que he tenido en esta revisión sería como echar perfume a un cerdo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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