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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
9
Comedia A un prestigioso balneario acuden diferentes personas con el fin de curar sus dolencias. Por allí aparece Charlot en un estado de embriaguez que lo llevará a alterar la vida de clientes y empleados. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
02/02(02/01/23) Divertidísimo cortometraje silente del genial Charles Chaplin, demostrando que no hay cine viejo y nuevo, hay cine bueno y malo, y este, con más de 100 años (se estrenó el 16 de abril de 1917) desde su estreno es de los buenos, se mantiene fresco y radiante por su inventiva e imaginación puesta al servicio del humor más alocado, para sacarnos sonrisas con sus delirantes slapstick. El polifacético artista escribe, dirige y protagoniza su décimo corto cómico (20 minutos) para el estudio Mutual, siendo uno de sus populares creaciones. Un descacharrante comprimido metraje muy bien b aprovechado con un caudal permanente de gags, donde no hay cabida, como en otras obras chaplinescas, para el sentimentalismo, aquí es comedia y más comedia desenfrenada, todos milimétricamente medidos. Donde no faltan sus secundarios fetiche en sus roles encasillados, por un lado tenemos al gigantón Eric Campbell (en once películas apreció con Chaplin) haciendo su clásico antagonista arrogante (con una barba de chivo enorme), esta vez con gota (enfermedad que se asocia con las clases altas), teniendo como siempre grandes momentos en sus enfrentamientos (el 20 de diciembre de 1917. Año de estreno de este corto murió de un accidente de coche con el que circulaba borracho; no le hicieron efectos las aguas curativas de este sanatorio [chiste malo]); y por supuesto as Edna Purviance (en un lapso de ocho años, apareció en más de 30 películas con Chaplin), dando vida al clásico rol de interés romántico de Chaplin, esta vez tenido que luchar contra Campbell por ella, aunque en esta ocasión se nota un poco metido de rondón; Y está Henry Bergman en el jocoso rol de un sádico y salvaje masajista (apreció en varios film de Chaplin, además fue asistente suyo en numerosos films).

Curiosamente Chaplin se aleja de su clásico rol de vagabundo, en este caso encarna a un acomodado tipo que llega aun balneario cona guas curativas (muy de moda entonces en USA) con la intención de dejar el alcohol, esto le sirve al londinense para caricaturizar a las clases altas estadounidenses en sus decadentes costumbres. Jugando Chaplin sobre todo con la dipsomanía en un tiempo en USA donde era un problema serio, así que para hacer su borrachera más cómica y divertida Chaplin dejó a un lado su ya habitual personaje de desarrapado para convertirse en un ricachón presumido, tan solo 3 años después se implantaría en USA la ‘Ley Seca’. Hace chanzas con gran sentido del humor con las expectativas (ese comienzo con Chaplin pasando por el agujero de las aguas curativas que parece va a caer una y otra vez), con las persecuciones (la épica con el villano fetiche Eric Campbell con gota [el juego que da este pie vendado para pisotones] por la puerta giratoria. Sublime coreografía; la de Chaplin huyendo del ‘brutal’ masajista), con las confusiones (el gag del sombrero que llena una y otra vez de agua Chaplin sin darse cuenta y al final cree que el mojado es por la orina de un perrito de peluche), con las acrobacias (el modo en que un masajista da su sesión, propio de una lucha grecorromana), las equivocaciones (cuando tiran alcohol a la fuente de agua curativa y todos beben, provocando el caos etílico en la residencia), el irreverente (con ese pícaro posado que hace Chaplin en bañador ante Campbell), o muy teatral (como cuando Campbell parece entre la cortina como una cabeza flotante ante Edna).

Tiene una entrada ingeniosa Chaplin en escena, ello en segundo plano, primero vemos este particular pozo de aguas curativas rodeado en círculo por un banco con diferentes personas bebiendo de él con una taza, mientras ellos vemos llega alguien en silla de ruedas, es Chaplin, se baja tambaleándose, claramente perjudicado por una borrachera, comenzando una peligrosa danza sobre el pozo al que amenazar con caer. Tras ello y sin espera comienza la rivalidad con el Goliat Campbell cuando intenta entrar por la puerta giratoria y se cruza en su camino un grandullón con gota, abracadabrante el jugo que Chaplin le saca al artilugio, desde que ves el gag nunca veras este tipo de entradas del mismo modo.

Todo un carrusel de momentos cómicos que desembocan en la bacanal climática que hace que los clientes del balneario se desinhiban, donde Chaplin haciendo caso de una Edna que no sabe del nuevo ingrediente añadido al agua curativa, coge una buena kurda, que como no lleva consecuencias para el ‘bueno’ de Campbell, con un chapuzón épico. Para desembocar en un final aleccionador y moralista, pero con colofón sensacional

Me resulta extraño que el protagonista vaya a este balneario para tomar las aguas curativas y con ello dejar su afición al alcohol, cuando lleva consigo un baúl repleto de botellas con distintos wiskis, no entiendo porque va si no quiere dejarlo, y si no quiere tomar las aguas, le falta una motivación que no vemos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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